La consellera de Treball, Margarita Nájera, vaticinó un notable incremento de la cifra de desempleados en Balears al término de la presente temporada turística como consecuencia de la desfavorable coyuntura económica, en especial la que atraviesa el sector de la construcción que, previsiblemente, continuará destruyendo empleo. El anuncio de la portavoz del Govern se ha producido al término de una visita a la empresa Astilleros Mallorca en la que ha realizado un somero análisis del escenario que ofrecerá la economía balear con la llegada del próximo otoño, el período más crítico "según las previsiones de los analistas" de la recesión en la que se encuentra inmersa.
De hecho, el president Antich tiene previsto mantener un próximo encuentro con la presidenta regional del Partido Popular y jefe de la oposición, Rosa Estaràs, para cerrar la ronda de reuniones. Sin embargo, la gravedad de la situación hace exigible algo más que palabras, los políticos dan su verdadera talla, precisamente, en los momentos de mayor adversidad. Las encuestas revelan que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero está siendo una víctima más de la crisis, toda una advertencia para Antich.
Balears, efectivamente, se encuentra en unas condiciones más favorables que otras regiones españolas para poder hacer frente al temporal, el sector turístico se ha convertido en un auténtico salvavidas de la economía balear "mientras los principales países emisores sean capaces de aguantar el tirón"; aunque ello no significa que no se vayan a producir serios desajustes. El problema estriba en calibrar el grado de confianza que es capaz de transmitir el Govern a toda la sociedad para superar esta crisis, qué dosis de imaginación y valentía es capaz de poner en práctica para superar esta extraña depresión.