Los monarcas, un rey y una reina ataviados con sus respectivas capa y corona, acompañados por toda una corte de caballeros, pajes y siervos entre vistosos estandartes, llenaron ayer de sabor medieval el recinto del Castell de Bellver en una ceremonia sin precedentes.
Más de 150 invitados ataviados con una rica indumentaria inspirada en la época del Regne de Mallorca, llenaron primero el patio de armas y después la galeria gótica desde la que accedieron a la sala donde se realizó la ceremonia civil.
Maria Santandreu y Pedro Valderrama se confiesan admiradores del castillo, su historia y arquitectura. «Por este motivo hemos decidido contraer matrimonio aquí, recreando su atmósfera medieval», aseguraron poco antes de darse el sí quiero ante el concejal del Ajuntament de Palma Jose Francisco Hila, quien ofició la peculiar boda en el incomparable marco del castillo.
Una brillante representación ambiental que tuvo continuidad más tarde en el apropiado marco del Foro de Mallorca, que acogió la comida con fiesta y espectáculo propio del reino del Camelot.