Los bancos y cajas de ahorros afectados por el concurso de acreedores presentado por el Grupo Drac, propiedad de Vicente Grande, temen que el concurso de acreedores se convierta en quiebra, porque los activos presentados por el presidente tienen que corresponderse con la realidad, una vez que los administradores e interventores del concurso, en caso de que se admita, cotejen todos los datos.
Hay preocupación generalizada por el hecho de que dichos activos, que superan con creces los 600 o 700 millones de pasivo, una vez se depuren, no alcancen para cubrir la deuda.
No es la única preocupación de las entidades financieras, puesto que el Banco de España analizará los fondos para provisiones y garantías hipotecarias de los bancos y cajas de ahorros implicadas en este proceso, así como todos los pagarés bancarios pendientes de pago en las operaciones de compraventa de solares y fincas, que puedan distorsionar la estrategia de Vicente Grande para resolver la delicada situación económica por la que atraviesa su grupo de empresas.
La Central de Información de Riesgo del Banco de España (CIRBE), que evalúa la deuda bancaria, en este sentido será determinante para que el Banco de España adopte las medidas oportunas para controlar la gestión y salvaguardar los intereses de los clientes de bancos y cajas.
La situación es calificada de «tremenda» por algunas entidades.