Raixa, reconvertida en centro para la investigación medioambiental, sigue sin fecha de apertura al público. La Fundación Biodiversidad, quien promueve y financia la rehabilitación, no ha convocado el concurso público que asignará la empresa que restaurará los jardines, el último paso para que la finca abra sus puertas de forma definitiva, ni tiene previsto cuándo hacerlo. Además, Madrid desconoce si los presupuestos de 2008 incluyen una partida para finalizar la restauración de los jardines.
De momento, el Consell de Mallorca continúa con la recuperación de la tafona de la finca, que prevé tener a punto el año que viene, y de la zona agrícola y forestal de la zona, compuesta por campos de olivos y almendros. Este último trabajo llevará bastante más tiempo, aunque no impedirá la apertura al público de Raixa.
Centro medioambiental
El 3 de octubre, día que se presentó de forma oficial el centro de investigación medioambiental, se confirmó que las visitas públicas a la finca permitirían acceder al molino, ya rehabilitado, la antigua capilla, los jardines y su escalinata. El resto, las oficinas de las diferentes entidades que trasladarán delegaciones al edificio, no podrá visitarse.
Los jardines de Raixa son, junto a los de Nazaret, los únicos de estilo romántico de Mallorca. Ideados en la época del cardenal Despuig y de clara influencia italiana, contienen fuentes, pérgolas, esculturas y muchas escaleras. El visitante puede realizar un recorrido que permite contemplar varias casetas o templos, muy característicos de este tipo de jardines. Por ahora, uno de los dilemas que existe es si conservar la vegetación actual o si recuperar la original, prácticamente desaparecida debido al paso de los años. Otro de los elementos clave de estos jardines es el agua, muy presente en Raixa, al igual que los miradores, que permiten contemplar una parte de la Serra de Tramuntana.
La zona de ametlleràs y oliveràs que el Consell está recuperando abarca 55 hectáreas. En ella trabaja de forma constante un equipo de 20 personas procedentes de los talleres de formación de la institución insular. Además, también se están reparando las marjades de la finca.
El objetivo de la restauración de la tafona es que en ella pueda volverse a hacer aceite para que, de esta manera, el visitante descubra las actividades que se realizaban en la finca, algo que ya sucede con el molí fariner.