Las 20 empresas que han participado en la construcción del Metro de Palma se comprometieron ayer ante el Govern a subsanar todas las deficiencias detectadas por la auditoría técnica y ejecutar las obras con la mayor celeridad posible.
La reunión, que estuvo presidida por el director general de Transportes, Antoni Verger, sirvió para que las constructoras tomarán conciencia de la situación y aceptarán la decisión de la Dirección de Obra para ejecutar las obras, en las que pondrán todos los medios técnicos, materiales y humanos.
La Dirección de Obra será determinante para que algunas ejecuciones sean más drásticas que otras. Así, las filtraciones de la estación intermodal (ver foto adjunta), provocadas por la deficiente impermeabilización, puede conllevar en última instancia que se decida levantar el Parc de ses Estacions.
«Las filtraciones son graves y pueden degenerar en problemas estructurales en toda la estación intermodal. Se van a ejecutar catas en superficie para ver qué se ha puesto como material y en qué estado se encuentra. Asimismo, hay otras actuaciones técnicas para determinar qué solución se adopta, porque no queremos levantar el parque en su totalidad, pero si las deficiencias obligan a ello, no quedará más remedio», apuntaba ayer el director general de Transportes, Antoni Verger.
Las empresas adjudicatarias, Azvi y Acciona, han mostrado su máxima colaboración, porque todas las partes son conscientes de que no se pueden hacer «apaños y sí soluciones concretas». Esta es una de las pocas obras del metro que no está recepcionada por el Govern, puesto que el resto de las obras, la mayor parte de ellas, se recepcionaron en el período en que el ex president Jaume Matas estuvo en funciones, tras las elecciones del 27-M.
Solución global
El Govern quiere adoptar una solución global para poner en marcha a la mayor brevedad posible el suburbano. «No hay plazos, pero la apertura del metro se va a prolongar más de lo previsto por las deficiencias, porque se adoptará una solución global en toda la red del metro», explicó el director general de Transportes.
Respecto a la estación de Jacint Verdaguer, la constructora FCC decidirá la decisión final de la Dirección de Obra para dar una solución al forjado afectado y evitar que el tráfico ferroviario se vea afectado. «El talante mostrado por las constructoras ha sido muy positivo, porque hay un objetivo claro: reparar el metro y poner en servicio este transporte público cuanto antes».
Verger añade que en la citada reunión únicamente se trató sobre el informe de la auditoría técnica, el compromiso de arreglar las defiencias y aceptar los requerimientos que haga la Dirección de Obra. «No se ha entrado en cuestiones de financiación, puesto que la misma se determinará jurídicamente».
Otra actuación importante, que se comenzará esta próxima semana, es en la estación de Son Sardina, en la que se levantará unos centímetros la boca de entrada del metro, así como el colector de pluviales. «Van a ser actuaciones complejas, que se van a prolongar en el tiempo y que incidirán, logicamente, en los plazos de ejecución de las obras, porque las deficiencias son graves y, encima, la auditoría técnica ha detectado otras nuevas», afirmó.
Nadie del Govern habla de calendario, pero está claro que el servicio del metro no se abrirá al servicio, como mínimo, hasta principios de 2008, siempre y cuando no se decidan obras de envergadura que afecten a estaciones enteras, como la Intermodal. Los técnicos, en este sentido, tienen la última palabra.