T.LIMONGI/J.J.SERRA
Cerca de mil personas acudieron ayer a la Llonja de Palma y
compraron más de dos mil kilos de pescado fresco. Las esperas
máximas fueron de una hora y cuarto. Las compras, en el tercer día
de venta directa al público, superaron a los dos días anteriores,
unos 1.500 kilos el miércoles y 1.800 el jueves. No es ajeno el
dato de estar a principios de mes, con el salario tan fresco como
el pescado, y ya se habla de montar un servicio de pescadería.
Ya a primera hora de ayer -8.30 de la mañana- había gente en la Llonja esperando, aunque las puertas no se abrían hasta una hora después. La afluencia se mantuvo constante hasta las 12.00 horas, cuando se cerró el recinto. Los precios estaban sobre las cajas y los clientes iban eligiendo el género de forma ordenada. Algunos ejemplos (precio en euros por kilo): «alatxa», 5 euros; «jonquillo», 17; «gerret», 3; «cap-roig», 23 por la mañana y 30 por la tarde; la gamba grande iba a 50.
Alberto Rodríguez, trabajador de la Llonja, espera que «pronto recuperemos la normalidad. La verdad es que ahora trabajamos más. Viene mucha gente, sobre todo por las tardes». No muy lejos, Maria Morata llegaba en busca de género: «Desde el Viernes Santo estoy buscando salmonetes por todas partes y no encuentro, por eso me he decidido a venir aquí. En el Mercat de l'Olivar no los he encontrado. A ver si aquí hay suerte». Rosario Morata, por contra, aseguraba que «no he venido a buscar ningún pescado especial, sino por curiosidad. Quiero saber cómo se compra el pescado aquí».