Unas fiestas tan tradicionales y poco dadas a los cambios como son las de Sant Antoni de sa Pobla vivirán en esta edición una serie de novedades sustanciales encaminadas a «democratizarlas y devolver el protagonismo festivo a la calle», según palabras del alcalde, Antoni Serra. El primer indicio de estos aires de cambio se vivió el lunes por la noche, cuando se entregaron al Ajuntament las once réplicas de los caparrots minyons que han sido pintadas por un grupo de personas minusválidas psíquicas o físicas de la Associació Es Grif, con la colaboración del artista local Ferran Pizà.
Estas nuevas figuras serán ahora las que se utilizarán para el baile de la revetla del próximo domingo y los originales quedarán depositados en el Museu de Sant Antoni i el Dimoni. El alcalde quiso agradecer el trabajo de los integrantes de Es Grif y su presidenta, Miquela Cladera, resaltó el estímulo tan importante que ha supuesto para ellos el haber sido elegidos para esta tarea. Serra anunció que los miembros de Es Grif serán los encargados de pintar las réplicas de los caparrots grans que saldrán en el baile del año que viene.
La Nit Bruixa del domingo vendrá plagada de cambios y el primero de ellos tiene que ver precisamente con el baile de los caparrots. En esta ocasión, y según Antoni Serra «después de escuchar la voluntad de los poblers y para que todos tengan la oportunidad de admirar la danza», se realizará un primer baile en la Plaça Major y después se desplazarán hacia la plaça des Mercat donde se repetirá de nuevo el conocido ritual. Cabe destacar también que, por primera vez, uno de los participantes en eball de caparrots será una mujer debido a la entrada en funcionamiento de los nuevos estatutos que rigen este acto y que suponen una democratización de la entidad.