Jordi Pujol no considera necesario reformar la Constitución española, sostiene que un Senado más territorial y autonómico perjudicaría mucho a Catalunya y defiende el papel diferenciador de la comunidad autónoma catalana. «La reforma de la Constitución puede blindar el proceso autonómico y me da un poco de miedo; no hay necesidad ni prisa en reformar la Constitución», advirtió Pujol. El ex presidente de la Generalitat planteó de forma clara y rotunda en la conferencia pronunciada en el Club Ultima Hora que la actual Constitución «está abierta y permite muchas interpretaciones» y reconoció que «la homogeneidad de las autonomías no interesa nada a Catalunya». Durante su aplaudida exposición, que se prolongó durante hora y media, Pujol abordó la polémica sobre la reforma de la Constitución española desde el punto de vista autonómico, y en especial desde la perspectiva de Catalunya. En este sentido, Pujol mostró su «inquietud» ante la posible reforma de la Constitución y recordó que cuando se redactó la Carta Magna Catalunya tuvo un papel protagonista. «Durante la transición, esto de la autonomía no lo pedía nadie», dijo Pujol, quien contó la anécdota de un dirigente socialista que no estaba nada entusiasmado con la creación de una autonomía en su propia comunidad y que, posteriormente, fue elegido presidente. «Algunas regiones fueron obligadas a pedir la autonomía», subrayó. Sin embargo, Pujol cree que el hecho diferencial autonómico «está poco subrayado en la Constitución». En cualquier caso, Pujol asume que la actual Constitución «permite la diferencia y la bilateralidad», en alusión a las negociaciones directas entre la Generalitat y el Gobierno central. Pujol explicó que, aunque no estaba reflejado en la Constitución, la Generalitat pudo crear TV3, constituir la policía autonómica y controlar el tráfico. También asumió las competencias de prisiones. «Sólo Catalunya tiene las competencias de prisiones. Nadie las quiere porque no dan votos. Nuestra vocación autonómica es más potente que la de los demás y queremos competencias que nadie quiere», recalcó. Sobre la policía autonómica, Pujol contó la anécdota de un consejero de otra comunidad que pasó unas vacaciones en Catalunya y a quien le molestó que existiese ese cuerpo policial. «Este consejero me reconoció que no quería policía autonómica para su comunidad, pero que le jodía mucho que Catalunya sí la tuviese», contó.
En un paréntesis de su intervención, Pujol aprovechó la conferencia y la presencia de Jaume Matas, quien presentó al ex president de la Generalitat, para advertir que el «catalán debe ser la lengua vehicular en los colegios o el catalán estará perdido».
Pero Pujol volvió a insistir en las diferencias entre Catalunya y el resto de comunidades desde el punto de vista del sentimiento autonómico. «Cada vez que Catalunya quiere algo, también lo quieren los demás», ironizó. Y Pujol volvió a poner un ejemplo muy claro para defender su teoría. El ex presidente catalán explicó que una comunidad incluyó en su listado de competencias la gestión de lagos. Es decir, esta comunidad copió de forma literal el Estatut de Catalunya. «Le dije a un consejero de aquella comunidad que ellos no tenían lagos, y él me contestó que daba igual, que lo incluirían en su Estatut porque Catalunya también tenía esa competencia; 'lo pondremos por si acaso', me contestó».En cualquier caso, Pujol planteó que la organización autonómica «ha sido muy buena para España». «Ahora se toman las decisiones en muchos sitios y no hace falta esperar a que llegue el tren con el BOE. Y eso es bueno y quiero apuntarme esa medalla». Para Pujol, la actual Constitución «permite que Balears y Catalunya reclamen sus derechos históricos porque no es cierto que sólo pueda aplicarse en el País Vasco». Según Pujol, el gran riesgo para las autonomías puede ser la reforma del Senado para convertir esta institución en una cámara territorial y autonómica. «Un Senado fuerte y autonómico es peligroso para Catalunya porque lleva a la homogeneidad autonómica. Nos da poco margen de maniobra», argumentó. Pujol explicó que en ningún país se intenta reforzar el Senado y añadió que una Cámara territorial podría blindar el proceso autonómico y conducir a un «cooperativismo autonómico».