Unas 40 agricultoras de Asaja Balears se reunieron ayer con la consellera d'Agricultura, Margalida Moner, para tratar cuestiones del sector y la problemática de la mujer en el mundo rural. Se trata concretamente de payesas de sa Pobla que han asistido a cursos de formación organizados por Asaja, presidida por Biel Company, quien también asistió al encuentro.
Las reivindicaciones de las mujeres payesas ante la consellera fueron muy claras. Catalina Tugores explicó los problemas que para una mujer supone trabajar en el campo y ocuparse a la vez de la familia, incluidos hijos y personas mayores, ya que lo de compartir tareas domésticas sólo ocurre en las generaciones más jóvenes: «Somos unas esclavas. Necesitamos ayuda porque ya no somos tan jóvenes. La mayoría tenemos más de 50 años y el tiempo nos viene muy justo para hacerlo todo».
La voz de Margalida Pizà, de 29 años, representó a las más jóvenes: «Alguien nos tiene que echar una mano, sobre todo si somos madres. La agricultura está estancada. Si ya es difícil que a la agricultura se incorporen hombres jóvenes, más complicado es que lo hagan mujeres jóvenes. No hay estímulos ni incentivos ni alicientes. Además, los que trabajamos en el campo tenemos el sello de 'paletos'. Esa desconsideración social es todavía peor para las mujeres».
Margalida Llobera no es de sa Pobla, pero habló en nombre de las mujeres agricultoras de Tramuntana: «En la Serra, la agricultura sólo es viable desde el punto de vista medioambiental. Los precios están bajos y el mantenimiento de las explotaciones de montaña es muy costoso. La payesía es testimonial y no puede sobrevivir sin ayudas».