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Àlvaro de Marichalar: «Cuando me case quisiera vivir en Mallorca»

El deportista estuvo ayer en Palma para presentar su libro y ofrecer una conferencia en Calvià

La vida de Àlvaro de Marichalar rompe con todo protocolo. «Rumbo al horizonte azul» es el relato de la lucha por un sueño. Es la historia de una resistencia; del triunfo de las ideas, el esfuerzo y el espíritu deportivo, así lo define el propio navarro, que siempre mantiene, en un rincón de su corazón, un trozo de Balears y más concretamente de Mallorca y Formentera, con las que se siente identificado. Ayer tarde llegó a Palma para asistir por la noche, en la Sala Palmanova, de Calvià, el acto de presentación de su libro y a la emisión del vídeo oficial de la expedición, donde se muestra la proeza conseguida tras 65 días de navegación, a 12 horas de media por singladura: 800 horas calado hasta los huesos y sintiendo la más absoluta soledad. Además de pasar también miedo, frío, ilusión, terror, emoción, angustia, esperanza y fe, mucha fe. Àlvaro de Marichalar cuenta eso y mucho más en su libro.

-¿Cuál es su objetivo al publicar este libro?
-Hay varios, uno de ello es compartir la experiencia con otros aficionados.

-Habiendo tantos tipos de embarcaciones, ¿por qué eligió la moto acuática?
-Es la única que te permite tener una relacción única con el mar. Eres dueño del rumbo en todo momento y ello significa total libertad. En 1982, era Navidad, cuando estudiando en Estados Unidos, un amigo me dejó una moto acuática, desde entonces no he vuelto a practicar otro deporte acuático.

-Con este desafío, ¿ha puesto fin a más hazañas?
-No. Todo requiere una buena forma física y a mí me quedan dos o tres años, pero es verdad que me queda otro océano, el Pacífico, y me gustaría ir a por él. Por el momento ya estoy preparando una oferta, «Anibal 2004», Valencia-Mallorca-Túnez, suena bien, ¿verdad?

-Siempre se enamora del entorno de sus aventuras, 33 expediciones, 9 récords del mundo, pero... ¿y de mujeres?
-Siempre participo de manera especial, vigilado por tiburones, apreciando el mar estrellado... etc. Me gustaría no equivocarme en lo sentimental. Es una gran decisión, La única trascendental. Y si te equivocas, afecta a otras personas. Pero el día que me case me gustaría quedarme a vivir en Mallorca.

-¿Estará el sábado en la boda del Príncipe y Letizia?
-La boda de mi hermano eclipsó 15 años de mis travesías. Prefiero hablar de circunstancias de mi vida y mis esfuerzos.

-¿Qué les ha regalado a los novios?
-Uhmm...(sonríe, pero no contesta).
Julián Aguirre

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