N.D./C.A./M.G.
Los examinadores y colaboradores de la Junta Avaluadora de Català
(JAC), reunidos ayer en asamblea, acordaron no volver a realizar
ningún examen «en tanto no presenten su dimisión el conseller
d'Educació, Francesc Fiol, y el director general de Politica
Lingüística, Miquel Melià», a los que acusaron de «prepotentes»,
anunció la portavoz, Joan Maria Romaguera. Esta incidió en que la
decisión se tomó de forma «unánime y cohesionada», pues «todos
apoyamos a los profesores que han sido apartados por la JAC, y si
algunos no son llamados, todos rechazamos participar en nuevos
exámenes». No obstante, todos estos profesores y colaboradores
afectados acudirán mañana al campus de la UIB, donde se realizan
las pruebas, a las 10.00 horas «para no interferir en el inicio de
los exámenes y que no se nos responsabilice del posible caos que
pueda darse», con la intención de entregar a los examinados, a
salida de la prueba, un escrito en el que explican su postura.
Este colectivo calificó de «irresponsable, vergonzosa e inaceptable» la decisión de la JAC de «prescindir de nosotros para la realización de las pruebas», después de que el pasado domingo un grupo de profesores dicidiera dar aprobado general a los examinados en repulsa por las medidas del Govern «tendentes a acelerar el proceso de sustitución de la lengua catalana», criticaron ayer. Mientras, la JAC ha decidido suspender los exámenes orales de los niveles B (elemental) y E (específico) convocados para mañana día 25, aunque se mantienen las pruebas escritas. Según informó la Conselleria d'Educació, ante la decisión de la JAC de prescindir de los profesores que colaboraban habitualmente en la realización y puntuación de estos exámenes (que constan de prueba oral y escrita), mañana se realizarán sólo los escritos. En veinte o treinta días, cuando se hayan corregido estas pruebas, se llamará a los aprobados para convocarles al examen oral. El pleno de la JAC decidirá el lunes qué pasa con los exámenes del pasado domingo y, quizá también, quién corregirá los de mañana.
Por su parte, el Departament de Filologia Catalana de la Universitat de les Balears acordó ayer «solidarizarse» con los profesores que el domingo dieron un aprobado general a las personas que se examinaron para obtener el nivel C de esta lengua. Tras una reunión extraordinaria del Consell de Departament, el director del Departament, el doctor Joan Mas, manifiestó la «oposición» de este colectivo a las resoluciones que contra estos colaboradores ha anunciado el Govern. Más aún, el Departament reconoció su «preocupación por las últimas medidas del Govern balear en materia de política lingüística», que, advirtió, suponen una «involución» para el catalán y exigió «su inmediata retirada». En opinión de este Departament dejar a los padres la elección de la lengua en la que han de estudiar sus hijos «supondrá un ataque frontal contra el sistema actual que garantiza que todos los estudiantes acaben sus estudios conociendo las dos lenguas oficiales».