Las estanterías del dispensario de San Isidro, en Managua, están casi llenas. El pasado 10 de diciembre, las hermanas de Amistad Misionera en Cristo Obrero (AMICO) recibieron 576 kilos de medicamentos y material sanitario enviados por Apotecaris Solidaris con la colaboración de un plan de emergencia subvencionado por la Direcció General de Cooperació del Govern balear, que dirige Magdalena Contestí. Alrededor de 15.000 pacientes del barrio marginal de San Isidro han comenzado a ser atendidos en el dispensario y a recibir la medicación adecuada a sus dolencias. Más de 25.000 personas viven en ese lugar en condiciones paupérrimas, sin empleo, con familias totalmente desintegradas, múltiples abusos a menores, pandillas que matan por conseguir una camiseta, sin ningún centro de salud a su alcance, sin agua y sin apenas luz. Desde hace más de 20 años trabaja allí la religiosa mallorquina Esperanza Garau, superiora general de AMICO, y gracias a la dedicación y al esfuerzo han abierto el único colegio de Secundaria de la zona, además de comedores y este centro de salud.
«Estos medicamentos enviados son de suma utilidad. Agradezco la solidaridad de los mallorquines; en especial de Apotecaris Solidaris. Con este envío se podrán atender las enfermedades más frecuentes, como desnutrición, infecciones respiratorias y urinarias, dérmicas, diabetes y artritis, entre otras muchas», afirma sor Esperanza. El barrio de San Isidro vive en una constante situación de emergencia social por su condición extrema de pobreza y de violencia. «Es el segundo envío que realizamos desde Apotecaris. El primero de ellos, realizado en septiembre, resultó muy positivo y AMICO respondió muy bien en la distribución y entrega de los medicamentos. Este segundo envío, más iportante que el primero, confirma la sostenibilidad del proyecto, su continuidad», afirma Juan Alberto Segura, director técnico de Apotecaris Solidaris.
A pesar del gran esfuerzo realizado desde Mallorca, «aún quedarán por atender alrededor de 2.350 niños, 1.750 jóvenes y 1.700 mayores. Confiamos en que a lo largo de este año todos los pacientes puedan ser atendidos con todas las garantías sanitarias posibles, como cualquier persona se merece», añade sor Esperanza.
M. Azagra