Unas 1.000 personas volvieron a manifestarse en Palma para reclamar la independencia de los Païses Catalans en una protesta que culminó, como en los últimos tres años, con algunos incidentes en la Festa de l'Estendard. Los manifestantes, que esperaban 3.000 personas en la marcha, apenas reunieron un millar. El acto comenzó pasadas las 18 horas desde Es Born y concluyó en la Plaça Berenguer de Palou. Los asistentes portaban una gran pancarta bajo el lema «Defensem la terra. Autodeterminació» y los manifestantes profirieron lemas en contra de Jaume Matas y Maria Antònia Munar por impulsar nuevos proyectos de autopistas en Mallorca. Al son de los xeremiers, los manifestantes corearon consignas como «Viva la terra lliure», «Indepéndencia», «Ni França ni Espanya, Països Catalans» y, sobre todo, «Autovía no». Durante la marcha también pidieron a Munar y Matas una televisión «en catalá».
En la manifestación independentista asistieron dirigentes del PSM encabezados por Mateu Morro, Pere Sampol, Joan Antoni Salas, Sebastià Serra y Pere Muñoz, así como militantes de ERC -Cecil Buele fue uno de los portadores de la pancarta-, STEI, Alternativa per Mallorca, Maulets, Confederació d'Estudiants del Països Catalans o el Comité de Solidaridad con Euskal Herria. La manifestación concluyó en la Plaça Berenguer de Palou, donde el escritor Pere Morell leyó un manifiesto a los asistentes. Morell planteó que los dirigentes políticos de derechas «sólo se mueven por la pasta y quieren convertir la isla en un scalextric entre adosado y adosado». El escritor mallorquín denunció que la «extrema derecha neofascista» pretende criminalizar a todos aquellos colectivos y personas que reivindican la autodeterminación de Mallorca. Para Morell, estas actuaciones suponen una «ofensiva centralista» y reclamó el derecho de «buscar un espacio de libertad con una sonrisa y sin derramar una gota de sangre».
Tras el discurso de Morell, los asistentes escucharon la música de los grupos Bonsanka y Pirat's, aunque algunos de los manifestantes se desplazaron hasta la Plaça d'Espanya para volver a reventar el acto del Estendard. Allí, los independentistas se situaron junto a la estatua del Rei en Jaume cuando aún no había comenzado el homenaje al conquistador y los ediles de Palma y autoridades no se encontraban todavía en la Plaça d'Espanya.