En el puesto de enfermería de la cuarta A del Hospital Universitario Son Dureta, resalta un belén realizado por las enfermeras, supervisora y auxiliares de enfermería que trabajan en la planta. Entre ida y venida de enfermos y familiares, en el pasillo, el belén está en boca de todos. Y es que esta enorme maqueta luce hasta el más mínimo detalle. Se trata de un hospital de campamento, concretamente en pleno conflicto bélico en Irak. No existe armamento de fuego puesto que la única arma es el material necesario para salvar las vidas de los militares. En mitad de todo el escenario, el tradicional nacimiento del niño Jesús, entre San José y la Virgen María, quienes se cobijan bajo una de las tiendas de campaña. No faltan los Reyes Magos, llegando del lejano Oriente, ni las paradisíacas palmeras, ni un pequeño lago, incluso el fondo es un dibujo de josefina, a quien por lo que se ve no se le da mal la pintura. La idea surgió de Carmen López, y todas las compañeras se pusieron manos a la obra. Uno consiguió dos trajes de campaña de un amigo militar, con el cual consiguieron hacer las tiendas de campaña; otras se dedicaron a comprar plastelina para realizar las diferentes figuras, así como bombillas navideñas y arena de la Platja de Palma, para cubrir todo el belén y situarlo en pleno desierto. Las camas, armarios o botiquines estan realizados con cajas de medicamentos y depresores, que son palillos con los que el doctor te mira si hay anginas. Unas treinta personas, de los tres turnos, han llegado a realizar lo que podríamos denominar toda una obra de arte.
Lo cierto es, que apesar de lo «pachuchos» que pueden estar algunos enfermos, éstos se fijan, al pasar en camilla o ayudados con las muletas, en el peculiar belén. Un belén que puede abrir un improvisado concurso en el hospital de Son Dureta, puesto que a buen seguro, compañeras de otras plantas y pasillos podrían montar otros y competir de manera sana por el mejor y más original de los nacimientos navideños. Por otro lado, el presupuesto final de todo el montaje es de tan sólo 100 euros y millones de ilusiones.
Julián Aguirre