Más de un millón de árboles, predominantemente pinos, continúan caídos en Mallorca como consecuencia del temporal de noviembre de 2001. Ésta es la estimación efectuada por la Conselleria de Medi Ambient a partir de fotografías y prospecciones aéreas. El conseller Jaume Font y la directora general de Biodiversitat, Joana Xamena, explicaron ayer diversos datos estadísticos referidos a los efectos de aquel temporal sobre las masas boscosas de la Isla. A partir de un muestreo sobre 283 fincas, se detectaron pinos caídos en 213 de ellas. La media resultante es de 159 árboles por hectárea afectada. Con esta media, se calcula que en Mallorca habría 1.136.044 árboles caídos por retirar. A ello hay que añadir unos 244.513 árboles «desestabilizados», es decir, a punto de caer y 185.746 afectados por la plaga del escarabajo Tomicus destruens, que ataca a los pinos enfermos o dañados y acaba por matarlos.
Todos estos datos, según Font, se refieren únicamente a árboles afectados por el temporal de de 2001. Sumando el medio millón que ya han sido retirados, resulta que los árboles afectados por aquel temporal alcanzaron los dos millones. Poco más de un millón está por recoger y es previsible que otro medio millón también deberá ser retirado por estar a punto de caer o sufrir los efectos deTomicus. Sólo los ya caídos suponen el 5'84 por ciento de la superficie forestal arbolada de Mallorca y un 6'58 por ciento del total de pinos en la Isla. Jaume Font indicó que «la prioridad ahora es zonificar las áreas de alto, medio y bajo riesgo de incendio forestal para empezar a retirar árboles en las primeras». El conseller se sinceró y reconoció que «esta ingente labor no podrá ser finalizada antes de ocho años a una media anual de 80.000 ó 100.000 árboles retirados».
Asimismo, el conseller apuntó que «algunos pinos no podrán ser retirados nunca al encontrarse en zonas de difícil acceso, aunque, en esas áreas el riesgo de incendio o plaga no será alto. Aquí deberemos dejar que los procesos y las regeneraciones naturales hagan su trabajo». Una cuestión fundamental es el acuerdo con los propietarios para proceder a esta inmensa labor. Según Font, «será la Ley estatal de Montes la que nos ofrecerá las herramientas de gestión forestal con los propietarios. Se establecerán planes comarcales de actuación que enmarcarán convenios con los titulares de las fincas afectadas. Éstos no deberán pagar nada por la retirada de los árboles. Ello será posible gracias a la renegociación con el Gobierno central del convenio forestal con las comunidades autónomas. El anterior Govern del Pacte de Progrés no quiso recibir nada de esta aportación estatal, pero nosotros intentaremos que lleguen al menos seis millones de euros».