C. AGUSTIN
Ayer fue inaugurado el centro ocupacional Isla que tiene como
objetivo habilitar profesional y socialmente a personas con retraso
mental medio y grave. Situado en la barriada de Sont Gotleu,
adyacente al Centro de Rehabilitación Mater Misericordiae, es
propiedad de la congregación Hermanas Franciscanas Hijas de la
Misericordia. A partir de mañana la Isla atenderá las necesidades
de 94 personas, aunque su capacidad máxima es de 120 plazas.
A la inauguración asistieron la vicepresidenta del Consell, Dolça Mulet; la consellera de Presidència i Esports, Rosa Puig; el conseller de Treball i Formació, Guillermo Olives, y la regidora de Serveis Socials del Ajuntament de Palma, Margalida Ferrando, entre otras autoridades.
Asimismo, estuvieron presentes la madre superiora de las Franciscanas, Antonia Barrilero, y el delegado diocesano de Mallorca, Andreu Genovart, quien bendijo el centro. Ambos recordaron al fallecido obispo Teodor Úbeda quien dos años atrás puso la primera piedra de este amplio edificio, obra del arquitecto Bernardino Mateu.
La inauguración fue celebrada por numerosas familias que podrán contar con un centro integral capaz de centralizar actividades ocupacionales y terapéuticas, programas de formación laboral, tratamientos de mejora y rehabilitación, así como servicio de comedor, transporte, vivienda tutelada y asesoramiento, entre otros.
La ejecución de este proyecto impulsado por las franciscanas sor María Mulet y sor Àngela Albertí, ha tardado dos años en llevarse a cabo. En el mismo ha colaborado el Govern de les Illes Balears con 318.536 euros, como parte de un plan encaminado a cubrir plazas ocupacionales para las personas que padecen algún tipo de deficiencia mental.