Sin novedad en la zona nudista de la playa de es Trenc. Y suponemos que tampoco la hay en otras playas nudistas de la Isla. Aquí hay mejor rollo entre nudistas y no nudistas que en Vera, Almería, donde los ánimos andan un poco revueltos al sentirse aquéllos marginados, lo cual ha levantado una gran polémica en todo el país. Pues bien, aquí, en Mallorca, no pasa nada. No existe polémica alguna. Nudistas y no nudistas conviven fraternalmente sobre la fina arena de la playa, unos estirados sobre las tumbonas, otros encima de la toalla, a la vez que comparten amistosamente las limpias aguas. Como si nada. Como la cosa más normal de este mundo.
«En Barcelona, que es de donde somos -nos dicen Oscar y Carlos interrumpiendo su paseo por la orilla del mar- tampoco hay problemas... Bueno, sí; los hubo en la playa de la Barceloneta porque se decía que los niños no debían de ver desnudos, fíjate tú, los niños de ahora, que no se escandalizan por nada, y porque como la gente se quedaba hasta la noche se decía también que había mucho ruido. Pero nada más. Lo que si nos extraña es que en una playa como la de Vera, posiblemente la pionera en turismo nudista, haya pasado esto. De verdad que no lo entendemos».
Junto a uno de los bunkers toman el sol Toni, Cristina y Rafa, los dos primeros en cueros vivos, el tercero en bañador, «de lo cual se deduce -apunta Cristina- que aquí no está mal visto que la gente se bañe como le plazca». Los tres son de Palma y «desde siempre nos bañamos desnudos, casi siempre aquí. ¿Problemas? Ninguno. Los que se bañan con bañador nos ven bien a los que no lo usamos. Y viceversa, ya que lo contrario sería absurdo. Sería como decir que los que nos bañamos desnudos nos opusiéramos a que en esta zona se bañara gente con bañador. Cada cual que se bañe como le plazca».
Pedro Prieto