IVAN TERRASA " MADRID
La Fundación Europea de Educación Medioambiental hizo ayer públicas
en Madrid las playas y puertos españoles que gozarán del honor de
ver ondear una bandera azul durante el próximo verano. Balears ha
incrementado en nueve el número de estas distinciones con respecto
al año anterior. En total, 53 playas y 13 puertos de las Islas han
obtenido en 2002 la categoría de bandera azul. Por el contrario,
algunas de las zonas costeras que en 2001 ostentaban dicho
privilegio han sido desposeídas de él.
Por islas, Mallorca gana seis banderas respecto al año anterior, Menorca pierde tres, Eivissa gana tres y Formentera pierde dos y se queda, sorpresivamente, sin banderas azules. Por zonas, Palma, cuyas playas no contaban con bandera azul alguna el año pasado, obtiene dos en esta ocasión, para la Platja de Palma y cala Estància. Pollença, igualmente sin banderas azules el verano anterior, gana tres, lo mismo que Andratx, que obtiene dos, y Muro, una. La nota negativa es para Calvià, que pierde cinco. En peor situación se quedan Campos y Son Servera, que han sido desposeídas de todas las que tenían. Es Mercadal, en Menorca, pierde dos y Formentera ve volar, nunca mejor dicho, las únicas dos banderas que tenía en Es Pujols i Migjorn. El conjunto de Eivissa gana tres banderas azules y no pierde ninguna.
José Sánchez Moro, presidente de la Asociación de Cultura Medioambiental y del Consumidor, explicó durante la presentación que «los criterios de concesión de Bandera Azul son discutidos, fijados y revisados a nivel internacional». En ese sentido insistió en que «los cambios aprobados son comunicados a los municipios y puertos participantes con dos años de antelación, de modo que puedan resolver sus posibles dudas».
Estos criterios, según Sánchez Moro, se establecen por «el cumplimiento de unos factores uniformes y progresivamente exigentes», tales como el equilibrio de las dimensiones sanitario"ambientales, turísticas y educativas, infraestructuras de salvamento y seguridad de los usuarios y atención especial a discapacitados, entre otros. De esta forma no sólo se premia la calidad medioambiental de la playa en cuestión, sino sobre todo los servicios que ofrece a los bañistas.