Los pediatras de las Islas temen que la reforma del Hospital Universitari de Son Dureta suponga la desaparición del hospital materno-infantil con su actual configuración y estructura organizativa. La Real Academia de Medicina de les Illes Balears (RAMIB), presidida por el doctor Alfonso Ballesteros, afrontó ayer noche este debate en una mesa redonda organizada con el título «És necessari un hospital matern infantil a la nostra comunitat?».
La mesa redonda moderada por la doctora Joana Maria Román, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Universitari de Son Dureta, contó con la participación del gerente del IB-Salut, Juli Fuster y los doctores Manuel Crespo, catedrático de pediatría de la Universidad de Oviedo y jefe de departamento del Hospital Nuestra Señora de Covadonga y Mariano Guerrero, director gerente del Hospital Virgen de la Arrixaca (Murcia).
El doctor Fuster quiso tranquilizar a los profesionales de la pediatría que asistieron al acto argumentando que «el nuevo Son Dureta será un edificio integrado no multipabellonario, pero ello no quiere decir que el área materno-infantil no conserve su propia identidad, independencia y estructura propia».
Mariano Guerrero relató las vicisitudes vividas en estos últimos años con la reforma del Hospital Virgen de la Arrixaca que él dirige y reconoció que, «reformar un hospital "con las molestias de las obras" y mantener la calidad siempre es difícil, pero no imposible, nosotros somos un ejemplo»; mientras que el doctor Crespo abogó por una pediatría que cuente con todas las subespecialidades necesarias pero siempre coherentes con la curación integral del niño.
Preocupación en la Sociedad de Pediatría
Balear
El presidente de la Sociedad de Pediatría Balear, José María del
Valle Millán, ha mostrado "con un comunicado público" la
preocupación de los pediatras ante el debate desencadenado por la
nueva estructuración del Hospital Son Dureta y la «posible
desintegración del Hospital Materno-Infantil dentro de la
remodelación». José María del Valle explica que «partiendo de la
base de que la hospitalización de los niños supone una experiencia
traumática, se han ido creando modelos arquitectónicos con unas
características especiales, corrigiéndose todas aquellas
situaciones que provoque un mayor estress emocional con secuelas
secundarias».