La intensa lluvia que se registró ayer por la tarde en Manacor no fue un obstáculo para que los dimonis y Sant Antoni, cumpliendo con la tradición, salieran a la calle para realizar el primer baile delante del Ajuntament y seguir por las calles de la ciudad para visitar los foguerons que ya estaban preparados para celebrar la noche de fuego con las populares torrades de botifarrons, llangonissa y panxeta.
Pero la valentía no sólo recayó sobre los dimonis y Sant Antoni, puesto que un gran número de ciudadanos con paraguas en mano, decidieron quitarse el frío, acompañando a la comparsa. Como siempre, el dimoni gros dio un buen susto a los niños y grandes que se acercaron para ver los bailes y la gente cantaba las canciones santantonieres mientras los dimonis danzaban al son de la música popular.
Otro elemento importante son los foguerons. Uno de los más espectaculares fue el del Instituto de Mossèn Alcover por su originalidad, pero también cabe destacar el fogueró viviente realizado por el colegio Simó Ballester. Por la mañana, algunos centros escolares celebraron la torrada.