Ayer tarde se abrió al público el belén más grande de Europa, ubicado bajo una carpa junto al Mercat de l'Olivar. Las principales autoridades del Ajuntament de Palma, encabezadas por el alcalde, Joan Fageda, inauguraron junto al director de la entidad bancaria Bancaja, Ramón Rosselló, y el secretario del Consejo General. Este belén fue financiado con los márgenes que dejaban las papeletas de la Lotería de Navidad que emitían los empleados de Bancaja de Valencia, aunque al principio parecía una quimera construir un belén tan grande y completo.
Ahora podemos admirarlo al precio de entrada de 500 pesetas para los adultos y 300 pesetas para los niños menores de 10 años. Según explicó José Ramón Tamarit, coordinador del belén, llevarlo a la práctica ha sido cuestión de tres años de trabajo y de consultas a más de 50 libros sobre la vida de Jesús y algún otro viaje a Tierra Santa para ver in situ lo que luego se pretendía plasmar sobre fibra en un grandioso escenario, como así ha sido. De la infraestructura de este belén se ha encargado el maestro belenista José Luis Català , mientras que las figuras son obra de José Luis Mayo. De la cuestión electrónica, que no es poca en todo este tinglado, el responsable es José Manuel Tamarit.
Este belén, que consta de 1.200 figuras, 300 de ellas hechas a palillo, es decir, a propósito, se desarrolla en tres escenarios: Nazareth, Belén y Egipto y su atrezzo es impresionante: cuenta con un estanque con capacidad de mil litros de agua, sus calles y sus casas son un fiel reflejo de cómo eran las de entonces, los efectos especiales no pasan desapercibidos, así como sus 30.000 watios de luz, ni los cientos de detalles, como las palmeras, plantas, barcas, puentes, caminos, etc.