Congelar un instante en una imagen nos permite recordar y revivir momentos de nuestra vida, aunque sólo sea mentalmente. La fotografía consigue acercarnos a vivencias pasadas desde una perspectiva totalmente romántica. Frenar el tiempo es imposible, plasmarlo en una mirada es ya una realidad. En estos tiempos que corren, en los que vivimos continuamente avasallados por imágenes, la fotografía se ha convertido en un eslabón muy importante para acercar la información a la sociedad. Estas fotografías aumentan su valor artístico cuando, no sólo muestran sino que también transmiten sentimientos y emociones. Hacer una foto es algo que todos podemos realizar; conseguir una buena foto es tarea de los profesionales.
Son muchos los jóvenes que aspiran a convertirse en auténticos artistas de imágenes. Por esta razón, los cursos de fotografía, impartidos por la Escola Superior de Disseny, han tenido que aumentar las plazas en los últimos años. «Al principio resultaba difícil encontrar a gente que se animara a participar en estos cursos, pero ahora, y a pesar de haber aumentado las plazas, nos vemos en la obligación de hacer una selección del alumnado», destaca el profesor Andreu Negre. El ciclo se estructura en dos cursos. El de iniciación, que engloba mucha teoría, pone en contacto a los alumnos con la cámara, sus complementos y el revelado en blanco y negro. En el segundo, mucho más práctico, las nuevas técnicas informáticas y el montaje son las asignaturas principales del temario.
La fotografía ha dejado de ser un mero entretenimiento para convertirse en una profesión de futuro, aunque muchos de los estudiantes coinciden en resaltar el poco reconocimiento que este arte recibe entre la sociedad. «El arte no da de comer, y la fotografía menos», explica Javi Cadavieco, un joven de 23 años. Ante este panorama desolador, ellos no desisten; defienden la fotografía con uñas y dientes y no escatiman elogios hacia ella. «La visión de que la fotografía es sólo disparar es errónea; para mí es algo desconocido que todavía tengo que seguir conociendo», define la estudiante Estela Alonso, que entró en el curso como una alternativa al diseño gráfico que no pudo estudiar.
«La fotografía te permite sacar la creatividad que todas las personas tenemos, en mayor o menor grado, y que se manifiesta de distinta manera. Dos personas pueden fotografiar un mismo objeto y las dos fotos serán totalmente distintas». Víctor Moragues es el genio, como le llaman sus compañeros, de segundo curso. Este mallorquín de 23 años, finalista en Art Jove, ha sido uno de los siete seleccionados por el Consell de Mallorca para recibir una beca de exposición. Esta beca le permitirá exhibir su obra fotográfica «Saudade» en breve en la Misericòrdia.