JUAN MESTRE/PATRICIO CANDIA
El líder palestino Yasir Arafat pidió ayer en el Foro de Formentor
que el Gobierno israelí acepte la supervisión internacional para
decidir un alto el fuego en Palestina. «Estamos dispuestos a
empezar a partir de ahora mismo las negociaciones serias con el
Gobierno israelí bajo la supervisión internacional», exigió Arafat,
quien abrió la segunda jornada del Foro de Formentor que ha
organizado Repsol"YPF. Arafat planteó en Formentor la necesidad de
suspender de manera inmediata y definitiva «la política de
asesinatos que destruye la estabilidad» y mostró su disposición a
garantizar la seguridad en Palestina.
«Los acuerdos a los que hasta ahora se han llegado, como los informes Mitchel y Tenet, son un terreno válido para las negociaciones del estatuto final y para lograr la paz y la seguridad entre los dos pueblos», anunció Arafat, quien mantuvo un encuentro de varios minutos con Peres antes de dar comienzo el Foro de Formentor. Arafat aseguró que Palestina tiene tendida la mano «desde hace mucho tiempo» al Gobierno israelí, aunque en todo momento el líder palestino planteó la necesidad de que todos los acuerdos se produzcan bajo la tutela y la participación internacional.
Al igual que Aznar, Arafat defendió los principios de la conferencia de Paz de Madrid, celebrada hace diez años, y ratificó la posibilidad de alcanzar un acuerdo diplomático basado en el principio de «tierra a cambio de paz». Asimismo, el líder palestino hizo una especial mención a los atentados terroristas del 11 de septiembre acaecidos en Estados Unidos, y aseguró que para ganar la guerra al terrorismo «hay que armarse con la legalidad internacional y poner fin a la injusticia histórica» que vive el pueblo palestino.
50 personas aprovechan el Foro de Formentor para decir
«no a la guerra»
Medio centenar de personas aprovecharon la celebración ayer del III
Foro de Formentor para manifestarse contra la guerra. Celebrada
junto a las instalaciones de la Base militar del Port de Pollença,
la acción pacífica a favor de la paz fue custodiada por una
veintena de agentes de la guardia civil, un despliegue que fue
calificado de «desmesurado» por los organizadores del acto ATTAC,
GOB y Tambors per la Pau.