La figura de Pep Amengual (Palma, 1944) es imprescindible para entender el presente del deporte balear. Tricampeón mundial de pesca submarina y gran dominador de la especialidad entre las décadas de los 70 y los 80, este personaje acumula un historial que asusta, pero que su tremenda modestia parece querer esconder.
Hoy, retirado de la actividad deportiva, Amengual sigue enganchado al mar, su vida a fin de cuentas. Puede presumir Amengual de poseer una calle con su nombre en vida, cosa reservada a los más grandes. Todo lo que ha hecho por y para nuestra isla se resume en la Medalla d'Honor i Gratitud de la isla de Mallorca que el CIM le entregará el próximo día 12 de septiembre.
"¿Supongo que orgulloso de recibir este
reconocimiento?
"Siempre se agradece, más cuando es
ésta la distinción que se otorga. La verdad es que estoy
contentísimo. Considero que en Mallorca hay mucha gente que puede
merecerla más que yo, pero ya que he sido yo el elegido, no puedo
ocultar mi satisfacción.
"Un premio más a añadir a una larga
lista...
"Este tipo de premios me alegran mucho, pues
cuando iba a campeonatos internacionales, si ganaba creía que había
hecho méritos para recibirlos. Ahora, cuando llegan estos
homenajes, como el que supone esta medalla, y tras haberme
retirado, me hace interpretar que se acuerdan de ti, y eso es lo
que tiene más valor. Soy una persona fácil de emocionar, y siempre
que asisto a una entrega de un premio hacia mi persona, parece que
es la primera vez. Espero que el acto sea perfecto y todos pasemos
un buen rato.
"¿Salda Mallorca una deuda con usted tras haber paseado
su nombre por todo el mundo?
"Yo he recorrido medio
mundo para disputar competiciones, y siempre, cuando se me
preguntaba de dónde era, yo decía que era de Mallorca, y después
español. A veces, cuando volvía tras un campeonato, en especial
tras un largo viaje, siempre se me hacía un nudo en la garganta al
sentir de regresaba a Mallorca. Me siento tan mallorquín como
cualquiera y orgulloso, cómo no, de serlo.