La reina doña Sofía, junto con su cuñada Ana María de Grecia, Tatiana de Radzwild y la gran duquesa de Luxemburgo, por una parte, y Constantino de Grecia, el gran duque de Luxemburgo y el doctor Froucheau por otra, estuvieron comprando en distintos establecimientos del centro de Palma.
Fueron ellos los que, además, se pasearon un rato, haciendo tiempo a que ellas terminaran. La anécdota la protagonizó Constantino cuando al llegar a es Born se encontró con un grupo de turistas... ¡griegos! que, al reconocerle, le saludaron efusivamente y se hicieron fotos con él. Vamos, que aquello casi parece una proclamación.
A todo esto, como el gran duque y el doctor Froucheau seguían su camino, se perdieron. ¿Dónde se habrán metido éstos?, parecía preguntar Constantino con la vista, mirando a un lado y a otro. Por fin los encontró cerca de Burberry's y... pues como les pillaba de paso entraron y compraron. Pagó el gran duque, no sé si con un talón o con la tarjeta. Luego siguieron caminando entre zanjas y obreros, por la Cuesta de Santo Domingo y Cort, donde contemplaron el olivo milenario. En coche regresaron a palacio. Veinte minutos después, la Reina y sus invitadas abandonaron El Cort Inglés por la puerta de atrás en dirección a Marivent.