Los ánimos ayer en el seno de CC OO eran más calmados y la exigencia de incluir en el convenio del transporte discrecional la jornada continua daba paso a una propuesta más conciliadora en la que bastaría un compromiso de los empresarios para aplicar el convenio con pequeñas modificaciones del artículo referido a la jornada. En ello influyó el contacto telefónico que a primera hora se mantuvo con la patronal dispuesta a negociar pero no a acatar exigencias de jornada continua. Esa posibilidad de alcanzar un acuerdo "y que cogió fuerza tras reunirse las dos partes durante media hora en la sede patronal" les llevó ayer a ser más cautelosos.
De esta forma, y después de reconocer el propio Antoni Cifre, secretario de acción sindical de Transportes de CC OO, que «las cosas no quedaron nada claras» el martes sobre las medidas a tomar (hay quien dijo que no se descartaba nada), ayer por la mañana se dijo tajantemente que «no se harán huelgas que afecten a los aeropuertos».
Mariano Izquierdo, secretario de organización, señaló que se adoptará «cualquier tipo de movilización para dañar los bolsillos de los empresarios del transporte discrecional» pero «no queremos que se nos diga que somos unos irresponsables que dejamos a los turistas rehenes del aeropuerto» y por ello las acciones que se adopten en caso de que no llegue a un acuerdo en la negociación del convenio «no serán para perjudicar a los turistas». Es más apuntó que «si por los flecos que quedan no se firma el convenio no vamos a castigar al aeropuerto sino al bolsillo de los empresarios del sector».
«En caso de huelga negociaremos la cobertura del aeropuerto y daremos ese servicio pero nada más. Castigaremos los servicios adicionales y los negocios que les suponen las excursiones turísticas», dijo CC OO y «para ello basta con no hacer horas extras». El sindicato denunció una vez más los intereses empresariales en que hubiera huelga para castigar y desgastar al Pacte de Progrés.