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Primer curso de técnico en buceo.

En el curso, que ha impartido la Escuela Profesional Náutico-Pesquera de Palma se inscribieron diez alumnos.

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El mar constituye un elemento omnipresente en Mallorca al que van ligadas numerosas actividades profesionales. La necesidad de disponer de personal cualificado para realizar trabajos submarinos ha determinado la creación en Palma del primer curso académico de técnico en buceo a media profundidad, que ha impartido la Escuela Profesional Náutico-Pesquera. El Club de Vela Calanova es el marco donde cada semana desde que se iniciaron las clases en octubre pasado hasta el mes de mayo, los diez alumnos inscritos realizaron sus prácticas. Allí, junto a dos monitores y un médico, efectuaron sus trabajos de inmersión.

La jornada durante el período de clases da comienzo sobre las diez de la mañana y se prolonga hasta las tres de la tarde. Las operaciones requieren una comunicación constante entre el personal en tierra y el equipo de buceo, para garantizar en todo momento su seguridad. Lejanos quedan ya los tiempos románticos del legendario buzo ataviado con traje de cuero y escafandra metálica, al que se suministraba aire mediante una bomba de accionamiento manual, con una pesada rueda.

En la actualidad se utilizan trajes de neopreno de tipo seco o húmedo, según la clase de trabajo a realizar. Tres cables de distinto color, y a modo de cordón umbilical, aseguran el suministro de oxígeno, la comunicacion verbal y el nivel «neumo» (medidor de profundidad). El buceador dispone también de una botella autónoma de reserva en caso de accidente o corte imprevisto de aire y de una válvula para graduar el volumen de aire en el interior del traje, sometido a una considerable presión. Sus aditamientos, como aletas, zapatos o botas, varían según las necesidades específicas. El momento de mayor riesgo se produce al aplicar la carga de electrodos en trabajos de soldadura con escasa visibilidad, dado el alto voltaje utilizado.

Aun superado el problema del suministro de aire y la temperatura, el buceador debe enfrentarse al reto de la presión, que aumenta rápidamente a medida que se incrementa la profundidad. Si el buceador realiza dentro del agua un intenso trabajo o se realiza en aguas frías, el consumo de oxígeno aumenta en gran proporción, y de forma inversa se produce más gas carbónico. Así, cualquier buceador experimentado sabe que un movimiento excesivo supone un gasto de oxígeno.

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