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La radicalización de la huelga amenaza con cerrar Son Sant Joan

Francesc Antich presiona a sindicatos y patronal del transporte discrecional para buscar un acuerdo

Los pasajeros se recuperan en los jardines del aeropuerto tras una larga noche. Foto: O.PIPKIN/EFE.

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La postura de los sindicatos y las tensiones que están provocando los piquetes de trabajadores en Son Sant Joan va a radicalizar la huelga de autocares en la jornada récord de movimiento de pasajeros en el aeropuerto de Palma, ya que hoy está previsto que pasen por la terminal 134.000 pasajeros. Las restricciones de tráfico realizadas por Eurocontrol provocarán que Navegación Aérea se vea obligada a restringir al máximo el número de vuelos internacionales, tal y como sucedió ayer en el aeropuerto de Maó «para impedir el colapso del tráfico y evitar desórdenes públicos».

El organismo Eurocontrol, que distribuye los «slots» (movimiento de aviones en franja horaria) y el tráfico aéreo en Europa, ha decretado los tres aeropuertos de las Islas durante este fin de semana como «puntos negros», remitiendo un escrito a todos los aeropuertos y compañías aéreas europeas en el que notifica que deben adoptar las medidas preventivas. Esto es lo que ha motivado que Bruselas haya bajado la frecuencia de vuelos por hora de 30 a 15 en Son Sant Joan, de 10 a 4 movimientos en Eivissa y de 8 movimientos a 3 en Maó. Si esto se incumple, existe la amenaza de cierre de Son Sant Joan al tráfico internacional», añadieron desde Navegación Aérea. Touroperadores, hoteleros y agentes de viajes indican que la huelga de autocares se ha «desmadrado en todos los aspectos y parece como si nadie estuviera concienciado del daño que se está haciendo a la industria turística balear».

Aeropuertos Españoles, así como Navegación Aérea, están procurando al máximo que los vuelos interislas y el tráfico regular entre Balears y la Península no se vea afectado, «una cosa es el tráfico chárter turístico y otra todo el flujo aéreo interno local». La situación por la que atraviesa el aeropuerto provocó, una jornada más, que ayer tuvieran que dormir en la terminal unos 4.000 turistas para no perder los primeros vuelos de hoy, donde está previsto un movimiento de 890 aviones. Los touroperadores pudieron ayer dar salida al pasaje contratando taxis, «cada vuelo nos sale por unas 350.000 pesetas, por lo que a cada mayorista nos costará por día 30 millones en taxis por día». Esta situación no se podrá repetir hoy por el volumen de tráfico previsto, por lo que antes que se colapse la plataforma de estacionamiento de aeronaves AENA-Palma tendrá que adoptar la decisión de cerrar el aeropuerto, «circunstancia que Navegación Aérea quiere evitar restringiendo al máximo los vuelos de llegada a Son Sant Joan».

Por su parte, patronal, sindicatos y el Govern mantuvieron ayer una reunión maratoniana en el Consolat de la Mar, en la que estuvo presente Francesc Antich. En este encuentro se intentó al principio propiciar un acuerdo, pero vista la actitud empecinada de ambas partes en conflicto, al final se optó por concretar unos servicios mínimos para evitar el colapso en la jornada de hoy en el aeropuerto de Palma. Esta opción era la que se estaba negociando en la madrugada de hoy, según anunció a las 01.00 horas el conseller Grosske en Presidencia, quien desde el primer momento ha mostrado su sorpresa por la actitud de los sindicatos, de ahí los esfuerzos negociadores que están llevando a cabo el propio Antich y Grosske para evitar el caos y el cierre del aeropuerto palmesano.

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