Tan sólo el 1'62 por ciento de la superficie agrícola de las Islas, 4.656 hectáreas sobre un total de 285.798, se destina a la producción ecológica en unos momentos en la demanda de estos productos es muy superior a la oferta.
La aparición del mal de las vacas locas, fiebre aftosa y la polémica sobre los alimentos transgénicos, entre otras, ha provocado que los consumidores demanden cada día más productos elaborados sin utilizar pesticidas ni otros elementos perjudiciales para el medio ambiente y susceptibles de afectar a la salud humana.
En las Islas estos cultivos están regulados por el Consell Balear de la Producció Agrària Ecològica, creado en el año 1994. Según los datos de este organismo, en Balears hay 2.035 hectáreas dedicadas a la producción de cultivos de secano, que combinan los frutales con los cereales, y 1.574 hectáreas de pastos. Lo cierto es que cada día son más los payeses que se dirigen a la Conselleria con objeto conocer los requisitos necesarios para plantar productos ecológicos.
Hasta el momento ya hay inscritos un total de 154 operadores, 142 productores y 12 elaboradores, aunque según fuentes de Agricultura, las solicitudes siguen creciendo. En lo que se refiere a los diferentes cultivos, destacan las 833 hectáreas dedicadas a producir almendros; las 680 hectáreas dedicadas a cultivar cereales y las casi 400 de algarrobos. La gestión característica de las explotaciones de secano, que combina la producción de frutos secos con la producción extensiva de carne de ovino, es bastante cercana a la producción ecológica de forma que, según las mismas fuentes, la conversión de explotaciones que se gestiona de forma convencional hacia una producción ecológica es sencilla.