El rey don Juan Carlos fue el más madrugador, siendo uno de los primeros en acudir ayer al Real Club Náutico de Palma, donde dio inicio el XXXII Trofeo Princesa Sofía Majorica de vela. Llegó al volante de su Volvo rojo y, dando los ¡buenos días! a todo el mundo con quien se cruzaba, se dirigió a saludar a su tripulación. Prácticamente no habían llegado los medios de comunicación, los estands del interior del club aún estaban haciendo los últimos retoques, los regatistas preparando las velas, y la niebla, protagonista de la mañana, seguía cubriendo toda la zona del Passeig Marítim. La infanta Cristina, acompañada de Carlos Morales, marido de Alexia de Grecia, llegó pasadas las once y media de la mañana, también saludó a sus amigos y se reunió con los miembros de la tripulación del «Azur de Puig», en la terraza del Náutico, para preparar la primera jornada de la regata.
La tranquilidad y la suave actividad durante toda la mañana predominó en el club, a la espera de que la niebla desapareciese del entorno. Muchos, sobre todo las señoras que observaban el «movimiento náutico» desde la terraza tomando un refresco, se preguntaban si llegaría el príncipe Felipe, pues se le esperaba, ya que su embarcación estaba totalmente lista para hacerse a la mar. Así pues, la noticia fue la ausencia del Príncipe, quien hoy se encuentra en Luxemburgo. A media mañana, el rey don Juan Carlos abandonó las instalaciones del Club Náutico a bordo de la «Gomone» acompañado de toda la tripulación, con destino al pantalán de Portopí, donde el «Bribón» esperaba para poco después unirse a las veintiséis embarcaciones que toman parte en la prueba en el campo de regatas.
Ya por la tarde también hizo su aparición la reina doña Sofía, acompañada por el pequeño del matrimonio Urdangarín, Pablo Nicolás, que acaparó todas las miradas y provocó comentarios acerca de su parecido con su hermano. Con el comienzo del trofeo de vela se inicia en Balears la temporada del famoseo, pues más de un rostro conocido puede llegar hasta el Club Náutico de Palma, donde muchos medios de revistas del corazón aguardan la «noticia». Al final de la jornada, el Rey se desplazó a Madrid para visitar la capilla ardiente de Ramón Mendoza, ex presidente del Real Madrid y amigo personal de don Juan Carlos, instalada en el tanatorio de la M-30. El Rey permaneció en las instalaciones fúnebres durante 25 minutos.