El Consejo de Ministros dio ayer el visto bueno definitivo al Plan Hidrológico de Balears, lo que permitirá desbloquear una inversión global en las Islas de 98.913 millones de pesetas. El plan, que se marca como horizonte de trabajo el periodo 1996-2016, incluye un sistema de financiación mixta de este plan: las obras de interés general serán financiadas al cien por ciento con cargo a los presupuestos generales del Estado, mientras que la Comunitat Autònoma financiará buena parte de los estudios y programas.
El plan ha recibido la aprobación definitiva del Gobierno central dos años después de que el Consejo Balear del Agua le diera el visto bueno definitivo, en febrero de 1999. Es decir, el proyecto fue redactado en la época en que Jaume Matas era presidente del Govern y contó con el apoyo unánime de todos los partidos en el Parlament. La mayor parte de las inversiones previstas en el plan, un total de 23.610 millones (el 24 por ciento del total) corresponden a actuaciones en gestión de la demanda. Ello significa que el plan apuesta de forma decidida por las políticas de ahorro de agua, como son la mejora en las redes, la instalación de contadores individuales y la adaptación de sanitarios y griferías de bajo consumo.
El segundo paquete de medidas por orden de importancia son las que afectan a obras de saneamiento y depuración. Se prevé una inversión de 20.358 millones de pesetas (el 21 por ciento del total) con el objetivo de lograr la depuración del cien por cien de las aguas residuales de las Islas. Al inicio del plan, el porcentaje era del 78 por ciento. Para la prevención de avenidas, el plan incluye una partida de 13.500 millones de pesetas (el 14 por ciento). Este dinero corresponde a un conjunto de infraestructuras y actuaciones que van desde la repoblación hidrológico forestal, labor de protección de cauces y acondicionamiento de tramos de defensa contra las inundaciones. En programas de reutilización de aguas depuradas, la inversión prevista alcanza los 9.250 millones (el 9 por ciento).