El PP decidió ayer abstenerse en la votación final del proyecto de ley de traspaso de competencias de ordenación del territorio a los Consells al entender, entre otras cosas, que la nueva norma «permitirá que la política territorial esté dirigida por una persona no elegida por los ciudadanos». «La ordenación del territorio no puede estar en manos de un conseller no electo», advirtió Cristòfol Huguet, del PP.
Antoni Alorda, del PSM, recordó que el Govern también puede optar por consellers no electos para dirigir la política territorial. «Esta posibilidad no es antidemocrática, pero los no electos no deberían tener las mismas atribuciones que las personas elegidas por el pueblo; sólo en las dictaduras el poder estaba en manos de una sola persona», replicó Huguet, quien aseguró que esta posibilidad ha sido incluida en el paquete de competencias que se transfiere a los Consells «para compensar al Gobierno de Mallorca». Alorda recordó que el PP escondió en un cajón durante 16 años la ley del suelo, y aclaró que una sola persona no podrá redactar los planes territoriales. «La última decisión la tiene el pleno del Consell», subrayó el diputado del PSM.
La socialista Joana Barceló, al hilo de las críticas de Huguet, recordó que Matas «es ministro de Medio Ambiente sin haber sido elegido por los ciudadanos y no por ello está deslegitimado para estar en el cargo». Barceló cree que cualquier competencia que es transferida a los Consells ha supuesto una mejora para los ciudadanos. Además, la diputada socialista opinó que la competencia de ordenación del territorio «es la más política, debatida y solicitada desde el inicio de la vida parlamentaria».
Esta ley, además de permitir a los Consells tener una mayor autonomía en materia de ordenación del territorio, también supondrá que las instituciones insulares asuman a partir de ahora todas las competencias en materia de residuos, que hasta ahora eran compartidas con el Govern.