Las fiestas que vivimos semanas atrás han sido propicias para el regalo de mascotas o animales domésticos, en ocasiones sin reparar demasiado en las consecuencias. Por eso, cada año nos topamos con la misma cruel realidad y es el aumento constante del número de abandonos y, de hecho, desde Cort se constata una nueva oleada tras la Navidad.
Las cifras son suficientemente expresivas. Si en 1998 el número de animales vagabundos que fue llevado al Centro Sanitario Municipal de Protección Animal de Son Reus fue de 921, el pasado año se elevó a 1.455 y este año se ha llegado a los 1.739, un 19'5% más.
A lo largo de 2000 se han registrado 3.765 entradas de animales en Son Reus -frente a las 2.991 del año pasado-, 2.839 perros, 832 gatos y los 94 restantes son otros animales, sobre todo aves.
Como ya se ha mencionado, casi la mitad de todos los animales que llegan al centro, el 46'1 por ciento, son recogidos de la calle porque han sido abandonados o, en menor medida, porque se han perdido. Pero la mayoría, el 51'5 por ciento, llegan a Son Reus de la mano de sus propietarios que renuncian a ellos. Este año han sido 1.941, un 10% más que el año pasado, con 1.765, y la cifra es muy superior a la de hace sólo dos años, con 914 renuncias.
Otras 53 entradas se refieren a animales que son llevados tras haber provocado algún tipo de accidente o mordedura -en Palma se notifican unas 50 mordeduras al mes- y 83 son consecuencia de una decisión judicial, o bien por tratarse de tráfico ilegal de animales o porque el propietario se encuentra en prisión y no puede hacerse cargo del animal, etc.
También es cierto que el aumento de las entradas en el centro municipal no se debe sólo al incremento de los abandonos y renuncias en Palma, sino también al convenio firmado con diversos municipios para que Son Reus pueda recibir también perros abandonados procedentes de ellos. Así, de enero a noviembre de 2000 se han recibido 694 animales vivos de otras poblaciones.