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Juan María Atutxa mantiene que al Pacto de Lizarra «sólo falta ponerle ya la esquela»

El dirigente del PNV critica que el PP no negocie con Ibarretxe

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El presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, aseguró ayer en Palma que sólo falta «poner la esquela al pacto de Lizarra» y cuestionó que el PP aún utilice como excusa el acuerdo entre las fuerzas nacionalistas para no negociar con el PNV. «Lizarra ya ha fallecido, es agua pasada, y pertenece a otra época. Fue una apuesta que, sin duda alguna, no ha dado los resultados apetecidos», señaló el dirigente del PNV, quien visitó ayer la sede del Parlament balear acompañado por su presidente, Maximilià Morales.

Atutxa calificó de «penoso» que los populares no hayan querido ni sentarse a negociar con el lehendakari, Juan José Ibarretexe. En cambio, y en opinión del ex consejero de Interior del Gobierno vasco, «el PNV ha dado una verdadera lección al PP al acudir al llamamiento del Ministerio del Interior». «El inconcebible que los populares rechacen participar en el foro de partidos propuestos por el lehendakari», dijo Atutxa.

El presidente del Parlamento vasco insistió en criticar al PP «por no ir a hablar con el lehendakari, no para acordar, sino para tratar algo que nos preocupa absolutamente a todos». «La postura del PP va a suponer una demora y una dilatación en la adopción de una solución para Euskadi», destacó el dirigente del PNV.

Atutxa recalcó que los partidos que tienen representación política en el País Vasco «deben hablar porque, de lo contrario, no podremos llegar nunca a acuerdos». «Es necesario el acercamiento y entender que, quien tenemos enfrente, también tiene parte de razón porque la razón nunca es indivisible», subrayó.

El presidente de la Cámara vasco sostiene que «el nuevo foro político constituido ahora por Ibarretxe daría mejores resultados en la misma medida que el pacto de Ajuria Enea dio buenos resultados de unidad de los que creíamos en las reglas de juego de la democracia». Juan María Atutxa recalcó que «cualquier aspiración, por legítima que sea, no merece la pena si hay que derramar una sola gota de sangre», y añadió que «todo lo que se haga desde la utilización de la palabra como medio debe ser respetado».

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