El pasado veintiséis de abril las dignísimas autoridades municipales de Soto del Real dictaminaron la suspensión de actividades para la casa del Gran Hermano porque la licencia que tiene el local es administrativamente válida para albergar ganado, es decir, borregos (Iván), vacas frisonas (Ania), gorrinos(adivínelo el lector), chivos con barbón (Koldo) y hasta llamas anémicas (Ismaelito)... No veo el problema, la verdad.
Hasta ahora no se ha infringido la ley, sobre todo después de contemplar repetidamente a Iñigo el Escatológico medio sumergido en la piscina, regodeándose placenteramente cual Porky en la charca del Patito Feo, con sus cartucheras de ventresca y sus longas cerdas... perdón, pelambreras oleaginosas. En la anterior enumeración de criaturas del Señor nos faltaba un bichito: es Mabel Misericordiae, Santa Pulguita del Niño Jesús, que día a día picotea con amor las conciencias de los niños al servirles sus deliciosas empanadillas rellenas de escapulario flambé. Uno de los psicólogos del programa, García Hueto(no entiendo cómo tiene cara de dar el nombre) ha dicho en las revistas que «Mabel es muy bien aceptada, si no crea problemas».
Querrá decir si friega, cocina, hace las camas, fumiga el bidé y calla, ¿verdad? ¿Cómo sacaría el título este eminente científico, con las tres últimas cifras de los ciegos? Más bien con todas las del cupón de los bobos, que se sortea todos los días, con millones de acertantes.