Cuatrocientos piragüistas participaron ayer en la VIII edición de la Volta a sa Dragonera en Piragua, prueba que comenzó a las 9 de la mañana. Durante el fin de semana, los piragüistas han podido disfrutar de su fiesta, cuyas actividades han sido vigiladas por tres lanchas de apoyo y una de la Guardia Civil.
Antes de comenzar la vuelta, los deportistas guardaron un minuto de silencio para recordar a Sebastián Calafell, piragüista que desapareció en aguas de Andratx. El concejal de Deportes, Lorenzo Suau, agradeció este detalle e instó a los participantes a utilizar el chaleco. «Si Sebastián se lo hubiera puesto, tal vez hoy estaría con nosotros», dijo.
Margarita Ferriol, miembro de la agrupación deportiva Voltors, organizadora de la Volta a sa Dragonera, indicó que «la prueba no es una competición, sino un evento popular consolidado. En 1993 participaron 10 piraguas, y en el 2000, han sido 400». «Con la Volta a sa Dragonera, nuestra agrupación ha recibido más apoyos institucionales, lo que ha contribuido a su consolidación. De hecho, ya es una de las pruebas más importantes de Balears», añadió.
El recorrido desde Sant Elm y la vuelta a sa Dragonera es de unos 11 kilómetros y su realización cuesta entre dos y tres horas. En el puerto de sa Dragonera, los deportistas realizan una parada para reponer fuerzas.
A cada participante se le regaló una camiseta y un sombrero. La diada fue subvencionada por los ayuntamientos de Palma y Andratx, el CIM, el Govern y la Federación Balear de Piragüismo, así como por varios patrocinadores privados. Estuvieron presentes voluntarios de la Cruz Roja y Protección Civil de Andratx.