La Conselleria d'Agricultura aseguró ayer, en relación con el conflicto del matadero, que su voluntad es que se conserve el máximo número de puestos de trabajo que «permita la viabilidad del nuevo proyecto», aunque las partes en negociación reconocen que la futura empresa, Carnilla, no puede asumir «el sobredimensionamiento actual de la plantilla». De esta forma la idea de las instituciones, Govern y Cort, es que Prodisma retire la actual regulación de empleo y que adopte otras medidas, como la jubilación anticipada, para limitar el número de trabajadores.
En este sentido cabe destacar la intención de las partes de cerrar «lo antes posible» el problema del matadero y encontrar una solución definitiva ya que, según fuentes de Agricultura, «es un servicio imprescindible para garantizar el futuro del sector ganadero». Respecto al dinero que será necesario para reflotar la empresa, las partes no quisieron cuantificarlo. Lo que ya es seguro es que la Conselleria d'Agricultura contará con el 30 por ciento del capital a través de la empresa pública Semilla.
La regidora de Consum en Cort, Lys Riera, por su parte, destacó la importancia de la construcción de un digestor, con la intención de que su actividad, de clara rentabilidad, equilibre las pérdidas del matadero, deficitario casi por naturaleza. En estos momentos, todos los decomisos cárnicos son enviados a un digestor en Barcelona, donde son convertidos en harina de pienso. Contando con esa misma infraestructura en la Isla se podrían abaratar los costes. Para su construcción, Cort estaba dispuesto a ceder terreno en Son Reus pero en estos momentos tampoco se considera que ésta sea la mejor opción. Su construcción costaría unos 300 millones y se solicitará ayuda a Europa.