Antonia Corró Seguí es a sus 73 años una maestra jubilada que sin embargo no ha abandonado totalmente su labor docente. Aún hoy sustituye a los catequistas cuando no pueden acudir a la parroquia. Hoy será homenajeada en el Molí Vell de Inca. El sindicato obrero «La Pau» ha querido premiar toda una vida dedicada a la enseñanza. Maestra de los que ahora son maestros, Antonia Corró es la mayor de dos hermanas y aún hoy agredece a su padre la posibilidad que tuvo de formarse en «una época en la que las mujeres no estudiaban».
Corría el año 1952 cuando la señorita Antonia hacía sus primeros pinitos en el mundo de la docencia dando clases particulares a un grupo de alumnas en Inca mientras preparaba las oposiciones a maestra. Antonia Corró ha vivido una época emblemática en la enseñanza. Pasó de las clases unificadas con niños y niñas de todas las edades a una enseñanza reglada; de las clases diferenciadas por sexos a las clases mixtas, de multar por hablar en mallorquín (afirma que nunca hizo pagar la multa) a impartir clases de catalán y es que «todo ha cambiado mucho», explica, pero cree que «ha habido buenos cambios».
Antonia Corro es aún hoy una maestra en potencia y es que afirma que «los maestros no nos jubilamos nunca». Permanece soltera, aunque presume de tener nietos y bisnietos y es que cada uno de sus antiguos alumnos es para ella «como un hijo». «Yo les digo que les quiero más incluso que sus madres». Cuando preguntamos a Antonia por los cambios que ha habido en la enseñanza se muestra abierta a cualquier novedad «porque si no, dicen que estoy anticuada». Afirma.