La imparable oleada de inmigrantes hacia Europa es la cuestión que más preocupa a los líderes de ambas riberas del Mediterráneo, según quedó de manifiesto ayer en el Foro de Formentor. No hubo ningún invitado a las jornadas convocadas por la Fundación Repsol que no se refiriera al tema, aunque fuera de paso. El presidente del Gobierno español, José María Aznar, abordó ese espinoso asunto en el discurso que pronunció en la cena de gala, celebrada anoche, y que reproducimos en esta misma página. El mandatario dijo que entre las desigualdades que afectan a los países de la zona, destacan la económica, los flujos migratorios, el terrorismo, la gestión de recursos acuíferos y la protección del medio ambiente.
Su homólogo argelino, Abdellaziz Bouteflika, también pintó un panorama sombrío «si la Unión Europea no pone la atención debida al problema de la inmigración», según destacó en su discurso. Pero Aznar y Bouteflika, grandes protagonistas de los debates, no fueron los únicos. El ministro de Interior de Alemania, Otto Schily, admitió que varios países de la UE trabajan de forma conjunta «para intentar reducir el flujo migratorio entre Marruecos y España» y el embajador de España en Marruecos, el mallorquín Jorge Dezcállar, fue categórico: «Yo exigiría más mano dura para las mafias que trafican con gente desesperada y a quienes explotan económicamente vendiéndoles un futuro mejor».
El Foro de Formentor tuvo un inicio marcado por el encuentro privado que mantuvieron Aznar y Bouteflika. El jefe del Ejecutivo español se refirió al líder argelino como el eje de una «muy sincera esperanza» de seguridad y paz para el Mediterráneo. Aznar dedicó la mayor parte de su breve discurso de bienvenida a ensalzar la figura del político argelino y recordar los lazos de amistad que le unen con su «invitado de honor» a esta reunión para analizar temas relativos al Mediterráneo. Buteflika es «una de las más grandes personalidades que podemos encontrar en el mundo político de hoy, cargada de experiencia, pero sobre todo cargada con una muy sincera esperanza de futuro de seguridad y de paz, no sólo para su país sino para todo el Mediterráneo en su conjunto», aseguró el jefe del Ejecutivo español.