Un grupo de activistas de Greenpeace ocupó ayer el depósito de cenizas de Son Reus y anunció que no lo abandonará hasta que el Consell no presente de una vez por todas un sistema de eliminación de residuos que potencie la selección y el compost. Unos 15 activistas de la organización se introdujeron a primera hora de la mañana en las instalaciones de la planta incineradora.
Los voluntarios, protegidos con máscaras, instalaron un campamento sobre las cenizas. La intención de los miembros de la organización es permanecer en este lugar e impedir el vertido de nuevos cargamentos de cenizas hasta que el Consell Insular se comprometa con datos concretos a poner en marcha un programa de recogida selectiva, reciclaje y compostaje. Un grupo de la Policía Nacional se desplazó hasta la planta incineradora donde, tras tomar los datos de los allí acampados, abandonó el recinto.
La responsable de residuos del Consell Insular, Mercè Amer, fue informada de la ocupación de las instalaciones por parte del gerente de Tirme, Àngel Fernández. Amer aseguró que está dispuesta a explicar a los miembros de Greenpeace todo el programa de selección que está realizando el Consell. Amer aseguró que el Consell tiene aprobado un plan integral para la gestión de residuos que apuesta precisamente por la selección en lugar de la incineración.
Sin embargo, las explicaciones de Amer no terminan de satisfacer a los representantes de Greenpeace. Su portavoz, Xavier Pastor, aseguró que el Consell había tenido hasta ahora como excusa que el Govern no modificaba el plan de residuos para permitir el reciclaje. Recordó que varios activistas de la organización tomaron el Consolat de la Mar para reivindicar este cambio.