La tensión en el seno de la Unión Europea ha alcanzado este jueves nuevos niveles después de que uno de sus miembros más polémicos haya decidido dar un paso al frente contra la política migratoria comunitaria. En los primeros compases de la cumbre europea celebrada en Bruselas, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha lanzado un mensaje directo a sus homólogos: la «rebelión» es el único camino efectivo frente a las políticas migratorias del bloque europeo que, según su criterio, han fracasado rotundamente.
«Hemos debatido infinidad de veces sobre cómo modificar la legislación migratoria para hacerla más eficiente. Y el resultado es nulo, los migrantes continúan entrando sin control», declaró ante los medios al llegar a la reunión de alto nivel. Su postura no deja lugar a dudas: Budapest defiende que ninguna persona puede ingresar en territorio nacional sin autorización expresa de sus autoridades, independientemente de las directrices europeas.
Esta posición le ha costado a Hungría sanciones millonarias. Concretamente, debe abonar un millón de euros diarios por incumplir sentencias del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE). Una multa que el dirigente húngaro considera «el precio de la rebelión» y «una inversión de futuro» pese a su elevado coste. El total de la sanción asciende ya a más de 200 millones de euros tras el fallo de junio de 2024, cuando el tribunal europeo confirmó que Budapest incumplía deliberadamente la sentencia de 2020.
Soberanía nacional y normativa comunitaria
El conflicto tiene su origen en diciembre de 2020, cuando el TJUE determinó que Hungría violaba el derecho comunitario en materia de protección internacional y retorno de ciudadanos de terceros países en situación irregular. Cuatro años después, la tensión no ha hecho más que aumentar, con un gobierno húngaro que desafía abiertamente las decisiones judiciales europeas.
Aunque la migración no figura oficialmente en la agenda de la cumbre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, mantiene su tradición de enviar una carta a los líderes comunitarios exponiendo las medidas adoptadas y los desafíos pendientes en este ámbito. Paralelamente, los países que abogan por una línea más estricta en materia migratoria suelen reunirse al margen del encuentro oficial para coordinar posiciones.
Desde España, las reacciones a esta propuesta de «rebelión» han sido prudentes. Fuentes diplomáticas españolas consultadas por este medio señalan que Madrid apuesta por soluciones coordinadas dentro del marco legal europeo, descartando cualquier planteamiento unilateral que pueda poner en riesgo los acuerdos comunitarios alcanzados tras años de negociaciones.
Tensión comercial con Estados Unidos
El primer ministro húngaro no se limitó a cuestionar la política migratoria. También lanzó duras críticas sobre la capacidad negociadora de la UE frente a Estados Unidos en materia comercial. «El problema es que por parte de Estados Unidos tienen un negociador pesado y por nuestro lado, la UE los líderes tienen una capacidad ligera para negociar», afirmó sin ambages.
Estas declaraciones llegan en un momento especialmente delicado, con la amenaza de aranceles del 50 % a productos europeos por parte de la administración estadounidense. Tras intensas negociaciones, Washington y Bruselas acordaron una tregua comercial hasta el próximo 9 de julio, fecha límite para alcanzar un acuerdo definitivo.
El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, ha expresado su optimismo sobre la posibilidad de presentar una propuesta de acuerdo beneficiosa para ambas partes en julio, aunque reconoce que numerosos puntos requieren clarificación. Los 27 observan con preocupación cómo estas negociaciones pueden afectar a sectores clave de la economía europea si no se consigue una solución satisfactoria.
Impacto económico
El modelo húngaro de gestión migratoria no solo genera controversia política, sino también interrogantes económicos. Diversos estudios, incluidos informes del Banco Mundial, señalan que las políticas excesivamente restrictivas pueden afectar negativamente al crecimiento económico en países con poblaciones envejecidas como muchos estados miembros de la UE.
En el caso de España, con una tasa de natalidad de apenas 1,19 hijos por mujer en 2023 (según datos del INE), la migración regulada representa una vía importante para mantener el equilibrio demográfico y la sostenibilidad del sistema de pensiones. Las estimaciones indican que, sin aportación migratoria, la población activa española podría reducirse en más de 3,5 millones de personas en las próximas dos décadas.
La estrategia húngara, con un coste directo de 365 millones de euros anuales solo en multas, plantea dudas sobre su viabilidad económica a largo plazo. Además, Budapest ha invertido más de 1.500 millones de euros en infraestructuras fronterizas durante los últimos ocho años, según datos del propio gobierno húngaro. El equilibrio entre soberanía nacional, responsabilidad compartida y respeto a los derechos humanos continúa siendo el gran reto pendiente de una Europa que, además, debe fortalecer su posición negociadora frente a potencias como Estados Unidos para defender sus intereses comerciales en un momento histórico convulso.
El Reino Unido gasta aproximadamente 7,67 millones de libras esterlinas al día en refugiados. Alemania gasta aproximadamente 54,8 millones de euros al día en refugiados. Lo podéis contrastar usando Google o cualquier IA. En comparación, 1 millón de multa al día es todo un ahorro, y eso sin tener en cuenta el machismo importado, las agresiones sexuales, la incompatibilidad cultural, las drogas, la inseguridad ciudadana, la sobrecarga de los servicios públicos, el aumento de los alquileres, etc, etc, etc.