Guerra Rusia-Ucrania

Soplar y sorber a la vez o las dos posiciones antagonistas sobre Ucrania que cohabitan en la OTAN

Orbán trabaja para alejar a Kiev de la Alianza Atlántica: «La OTAN no pinta nada en Ucrania»

OTAN

El primer ministro húngaro estrecha la mano del secretario general de la OTAN | Foto: Reuters - BEN STANSALL

| La Haya |

En la cumbre de líderes de la OTAN celebrada entre el martes y miércoles en la Haya han aflorado las posiciones encontradas respecto al futuro de Ucrania en la Alianza Atlántica. Por un lado, el secretario general, Mark Rutte, afirmó que la organización seguirá apoyando a Kiev en su camino «irreversible» hacia un futuro ingreso. Sin embargo, el mandatario húngaro, Víktor Orbán, cercano colaborador del presidente ruso Vladímir Putin, manifestó una postura netamente opuesta a dicho objetivo.

Orbán subrayó que su «trabajo» es asegurar que Ucrania, país enfrentado militarmente a Moscú desde hace más de tres años como consecuencia de la invasión decretada por el jefe del Kremlin, no entre en la OTAN como miembro de pleno derecho. «La OTAN no pinta nada en Ucrania. Ni Ucrania ni Rusia son miembros de la OTAN y mi trabajo es que esto siga siendo así», declaró el primer ministro de Hungría.

A su llegada a la jornada principal de la cumbre, Orbán aseguró que no bloqueará una potencial declaración final del encuentro en el que se mencione a Rusia como un adversario. Además, se mostró convencido de que Moscú no representa una amenaza real para la Alianza Atlántica. «Siempre se le menciona así. Creo que Rusia no es suficientemente fuerte como para representar una amenaza real para nosotros. Nosotros somos más fuertes», afirmó.

El mandatario húngaro también destacó que la verdadera amenaza para Europa «no es de seguridad, sino económica y de pérdida de competitividad en el comercio global». Estas declaraciones evidencian las distintas visiones que conviven dentro de la OTAN respecto al conflicto ucraniano y la relación con Rusia.

Durante la cumbre, el representante húngaro elogió al presidente estadounidense, Donald Trump, describiéndolo como un «hombre de sentido común» que está «consiguiendo que las nuevas guerras sean más cortas y que las guerras antiguas se queden sin gasolina». Estas palabras reflejan la buena sintonía existente entre ambos líderes.

Por otro lado, al ser preguntado sobre si Hungría se comprometerá a destinar el 5 % de su PIB a defensa, Orbán puso como «precondición» una reforma completa de las regulaciones presupuestarias de la Unión Europea. «Si mantenemos la regulación como está, nadie en la UE será capaz de llegar al 5 %, no importa lo que digan. Tenemos que recalcular todo con un método diferente», aseveró, sin dar más detalles sobre los cambios que propone.

La cumbre de la OTAN en la Haya ha dejado patentes las discrepancias internas; unas posiciones antagónicas que reflejan la complejidad de las relaciones diplomáticas en el seno de la OTAN y la influencia de actores como Rusia en el tablero geopolítico, enfrascado en su intento de detener la expansión de la influencia occidental en su área de influencia tradicional. Mientras unos apuestan por un mayor acercamiento a Kiev y un endurecimiento de la postura frente a la Federación Rusa, otros prefieren mantener un equilibrio más pragmático y evitar una escalada de tensiones que empeore la relación.

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