El grupo islamista Hamás lamentó este sábado la muerte ayer del máximo comandante de Hizbulá, Ibrahim Aqil, en un ataque aéreo israelí en la capital libanesa, Beirut, y aseguró que Israel pagará un alto precio.
«Este crimen cometido por la ocupación (israelí) es un acto imprudente por el que pagará un alto precio, y la sangre del mártir, el líder Ibrahim Aqil [...] serán las llamas que engullirán a esta entidad artificial», dijo Hamás en un comunicado.
Hizbulá confirmó hoy también la muerte del «gran líder», así como la de tres comandantes de las fuerzas especiales Radwan: Ahmed Wahbi, quien supervisaba las operaciones militares durante la guerra de Gaza, Abu Yaser Atar y Al Hajj Nineveh. Según el Ejército israelí, al menos una decena de miembros de Hizbulá murieron junto a Aqil.
Hamás agradeció a la Resistencia Islámica en el Líbano los «grandes sacrificios realizados» a fin de seguir apoyando al pueblo palestino, ya que Hizbulá ataca el norte de Israel como un gesto de solidaridad por la guerra en Gaza, y ha reiterado en varias ocasiones que no dejará de hacerlo hasta que la guerra no termine.
El bombardeo contra un edificio residencial en los suburbios meridionales de Beirut, conocidos como el Dahye, ya ha dejado al menos 14 muertos y 66 heridos, según el último balance ofrecido por el Ministerio de Salud Pública libanés.
El asesinato de Aqil se produce menos de dos meses después de que otro ataque atribuido a Israel acabara con la vida del entonces máximo comandante militar de Hizbulá, Fuad Shukr, también en un inmueble del Dahye.
En esta ocasión, el nuevo ataque se produce tras las dos olas de explosiones de miles de aparatos de comunicación portados por integrantes de Hizbulá -y atribuidas a Israel-, en las que murieron 37 personas y cerca de 3.000 resultaron heridas en el Líbano.