El líder de Coalición Cívica, Donald Tusk, consiguió este lunes el respaldo de la mayoría del Parlamento polaco para encabezar el próximo Gobierno del país, como parte de una coalición de centro derecha. El recién nombrado primer ministro planea presentar el martes un programa de Gobierno y un consejo de ministros que, tras superar el voto de confianza de la Cámara Baja, asumirá plenos poderes en cuanto preste juramento ante el presidente, Andzej Duda, lo que previsiblemente ocurrirá el miércoles por la mañana. Durante la sesión parlamentaria se produjeron duras acusaciones desde la bancada de Ley y Justicia, el partido que ha gobernado el país en los últimos ocho años.
Su líder, Jaroslaw Kacczynski, le espetó a Tusk desde el estrado que es un «agente alemán», mientras la presidencia de la Cámara exigía a sus señorías que guardasen «el decoro que requiere un día histórico». Por su parte, Włodzimierz Czarzasty, líder de Nueva Izquierda, que forma y parte de la coalición que asumirá el Gobierno, justificó su apoyo a Tusk al explicar que «todos teníamos miedo de seguir bajo un gobierno antidemocrático». Afirmó que Tusk es «quien conoce mejor la Unión Europea», pues fue expresidente del Consejo Europeo (2014-2019), y ello mejorará la posición internacional de un país sumido en varios enfrentamientos con Bruselas.
En su intervención, Tusk prometió «devolver a los polacos lo que les pertenece: la democracia», y señaló al expresidente Lech Walesa, presente en el hemiciclo, al recordar cómo juntos «preparamos una de las manifestaciones de solidaridad cerca del astillero (de Gdansk) y entendimos que la política puede ser una hermosa vocación». El relevo en el Gobierno polaco augura un nuevo rumbo en las relaciones internacionales de Varsovia, con un mayor acercamiento a sus socios europeos y más sintonía con las grandes democracias occidentales, al tiempo que se implementará un programa económico liberal y se pondrá en práctica una política social en favor de las minorías.