La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha propuesto este miércoles a los gobiernos europeos imponer un embargo total al petróleo ruso, si bien plantea un periodo transitorio hasta final de año para contener el golpe en los mercados y preparar vías alternativas de suministro. «Seamos claros, no será fácil. Algunos estados miembro son fuertemente dependientes pero debemos simplemente trabajar en ello. Proponemos desde ahora una prohibición del petróleo ruso, una prohibición total de las importaciones de todo el petróleo ruso», ha proclamado la jefa del Ejecutivo comunitario en el pleno del Parlamento Europeo reunido en Estrasburgo (Francia).
Esta ruptura con el petróleo ruso se hará de manera «ordenada» para que los propios países de la UE y sus socios tengan tiempo de buscar vías alternativas de suministro y contener el impacto en los mercados. El embargo afectará tanto al petróleo transportado por vía marítima como por oleoductos, sea crudo o refinado, aunque el sistema diseñado por Bruselas el fin de las importaciones de crudo sea «progresiva».
Para ello, ha dicho Von der Leyen, la UE renunciará «progresivamente al suministro ruso de petróleo crudo a lo largo de los próximos seis años y al de productos refinados de aquí a final de año». De este modo, ha dicho la jefa del Ejecutivo comunitario, la UE ejercerá una «presión máxima» sobre el Kremlin al tiempo que «reduce al mínimo los daños colaterales», porque «para poder ayudar a Ucrania necesitamos que nuestra economía se mantenga fuerte».
La propuesta detallada sobre el sexto paquete de sanciones está siendo examinado por los Veintisiete en una reunión a nivel de embajadores en Bruselas al tiempo que Von der Leyen informa de su contenido a los eurodiputados. El objetivo es que los Estados miembro, algunos de los cuales reclaman excepciones en la aplicación de sanciones por su fuerte dependencia, como Eslovaquia y Hungría, logren un acuerdo entre el jueves y el viernes. «Putin quiso borrar Ucrania del mapa y está claro que lo conseguirá», ha proclamado Von der Leyen en el Hemiciclo, después de haber defendido las sanciones propuestas porque el presidente ruso debe «pagar un precio muy alto por su brutal agresión».
Además de sancionar el petróleo, Bruselas reclama ampliar la lista de bancos golpeados por las sanciones europeas y excluir a Sberbank --el principal banco del país y con una cuota de mercado del 37 por ciento del sector ruso--, de la lista de entidades desconectadas del sistema de telecomunicaciones bancarias SWIFT, así como otras dos importantes entidades bancarias rusas. «Con esto, golpearemos a los bancos que son esenciales sistémicamente para el sistema financiero ruso y la capacidad de destrucción de Putin. Esto reforzará el aislamiento completo del sector financiero ruso del sistema global», ha indicado von der Leyen.
Otra de las claves de la sexta ronda que propone la Comisión Europea es incluir nuevos nombres de altos cargos militares y otros individuos rusos acusados de cometer crímenes de guerra en la localidad ucraniana de Bucha y responsables del «inhumano asedio» a la ciudad de Mariúpol. Bruselas propone además prohibir la retransmisión de tres grandes canales estatales rusas en la Unión Europea, por lo que no se permitirá distribuir su contenido en ningún formato, sea a través de cable vía satélite, Internet o de aplicaciones para 'smartphones'. «Hemos identificado que estos canales de televisión son portavoces que amplifican las mentiras y la propaganda de Putin de forma agresiva. No deberíamos darles un espacio para difundir estas mentiras», ha explicado la presidenta de la Comisión Europea. Von der Leyen ha recordado que está previsto que el Producto Interior Bruto de Ucrania descienda entre un 34 por ciento y un 50 por ciento este año, ante lo cual ha propuesto trabajar en un «paquete de recuperación ambicioso» para Ucrania que incluya inversiones «masivas» para efectuar las reformas necesarias y «sentar las bases de un crecimiento a largo plazo».
Punto de vista
El precio de las sanciones
Antoni AgüeraSobre las sanciones tanto estadounidenses como europeas y de otros actores internacionales el Kremlin considera que son un arma de doble filo, y que los países que se han decidido por ellas deben afrontar «un alto precio». En este sentido hemos conocido que las exportaciones alemanas a Rusia registraron el pasado mes de marzo una caída del 62,3 % respecto a un mes antes. 900 millones de euros que han dejado de llegar al país centroeuropeo por las consecuencias económicas de la guerra de Putin. Y tan solo en un mes.