Los embajadores de la Unión Europea (UE) han acordado este miércoles que la decisión de Bielorrusia de animar a los inmigrantes de Oriente Medio a entrar en Polonia, en algunos casos conducidos hacia la frontera por las fuerzas de seguridad bielorrusas, puede considerarse legalmente como un «ataque híbrido». Esto es de vital importancia y puede servir de base para una nueva ronda de sanciones a Minsk, según destacan fuentes diplomáticas, tras una reunión a puerta cerrada en Bruselas entre los 27 enviados del bloque comunitario.
Numerosos analistas y expertos en política internacional han coincidido en las últimas horas en la censura a la estrategia de Bielorrusia. Algunos han calificado los métodos de su presidente, Alexander Lukashenko, de estrategia o guerra híbrida. En qué consiste exactamente esta metodología, más de moda de lo que uno podría aventurar. Algunos de los que han utilizado públicamente el término sin muchos reparos han sido los portavoces de la OTAN, en su pronunciamiento de que los aliados permanecerán al lado de su socio, Polonia, ante cualquier nueva eventualidad.
Los especialistas catalogan con la etiqueta de maniobra «híbrida» el «empleo sincronizado de múltiples instrumentos de poder adaptado a las vulnerabilidades específicas de la sociedad objetivo, a través de todo el espectro de las funciones de esta para lograr efectos sinérgicos». Dicho de otro modo, las amenazas híbridas son fenómenos que combinan ataques convencionales y no convencionales para desestabilizar un país. Las amenazas convencionales son las conocidas de toda la vida, de carácter militar o bélico como la acción armada o el terrorismo, mientras que las no convencionales incluyen otras técnicas más soft, entre ellas ciberataques –algunos de ellos con componente terrorista, como cuando paralizan la actividad de hospitales–, campañas de desinformación o propaganda y presión política o económica.
Teniendo esto en cuenta podríamos catalogar como parte de estos movimientos el asalto masivo de miles de marroquíes de la valla de Ceuta, el mes de mayo pasado, que ha producido como derivada que cientos de niños aun no hayan sido devueltos a sus familias. En ese momento se constató cómo las fuerzas de seguridad marroquíes no movían ni un dedo para evitar el asalto masivo a la frontera. Sin embargo hay que decir que la guerra híbrida contra la llegada de refugiados también se produce a la inversa, y numerosos perfiles y comunidades de usuarios simpatizantes de postulados ultra se dedican a compartir información inexacta o directamente manipulada sobre estas personas, con el ánimo de extender sobre ellos un estigma social o una imagen más negativa que la que cargan consigo desde sus lugares de origen, muchas veces devastados por la guerra y la miseria.