Con una nube de gas lacrimógeno, detenciones violentas y aparentes agentes encubiertos que dispararon armas de fuego, se cerró este jueves la multitudinaria marcha de protesta en el centro de Lima contra el gobierno de transición de Perú.
Aunque la manifestación, que reunió a unas 15.000 personas en la plaza San Martín y las calles del centro de la capital peruana, se desarrolló durante varias horas de manera pacífica, casi sobre el cierre se reportaron fuertes enfrentamientos que muchos ciudadanos denunciaron que fueron iniciados por los policías.
Con estos duros incidentes, que según organizaciones de derechos humanos dejaron al menos 16 detenidos, culminaron las masivas marchas registradas en todo Perú durante el jueves en rechazo al Gobierno de transición que preside el congresista Manuel Merino tras la destitución de Martín Vizcarra de la jefatura del Estado.
Represión indiscriminada
Fueron innumerables los testimonios de manifestantes, transeúntes y periodistas que circularon en medios de comunicación y redes sociales que mostraron la represión que se desató casi al final de la marcha y que el flamante ministro del Interior, Gastón Rodríguez, negó en un primer momento.
Sin embargo, luego atribuyó el inicio de los hechos violentos a manifestantes que arrojaron piedras a los agentes cuando fueron obstaculizados para avanzar hacia la sede del Congreso.
«Este ataque que ha sido soportado por más de treinta minutos con piedras, con bombardas y donde ya el principio de autoridad se ve en riesgo», declaró Rodríguez en la emisora RPP Noticias.
El ministro también mostró incredulidad cuando se le comentó que varios policías habían detenido y golpeado a un joven transeúnte, pero cuando se le mostró un vídeo dijo que iba a pedir información sobre el suceso.
Policías de civil
Rodríguez negó, además, que durante la manifestación se hubiera enviado a agentes de civil, conocidos como «Terna», para detener a manifestantes y declaró que desde que asumió el cargo dispuso que estos no participaran en el control de las manifestaciones ciudadanas.
«Estoy dirigiendo desde hoy una nueva estrategia de la Policía Nacional que no contempla la utilización de policías de civil para hacer capturas a manifestantes o a gente que pretenda subvertir el orden público», comentó.
Sin embargo, luego se viralizó un vídeo en el que se ve como un hombre con las características habituales de estos agentes, incluidos zapatos deportivos, era insultado y asediado por manifestantes, hasta que hizo dos disparos al aire con una pistola.
Mientras los ciudadanos se parapetaban, el hombre corrió hacia la céntrica avenida Garcilaso, donde fue alcanzado por otro hombre de características similares que lo sacó corriendo del lugar.
En otro momento, una reportera de la emisora RPP Noticias grabó imágenes de un joven que era arrastrado por policías por una calle y cuando intentó acercarse fue empujada por agentes que portaban varas y escudos mientras ella les gritaba que tenía «derecho a informar».
Derechos
A pesar de todos estos testimonios, que se han sido conociendo paulatinamente porque muchas personas aseguraron que tuvieron problemas con las señales de comunicación en el centro de Lima, Rodríguez indicó que la estrategia policial se basa en el «respeto irrestricto» a los derechos humanos y al derecho a la protesta.
Aunque se vio a numerosos policías portando escopetas, el ministro manifestó que el uso de perdigones «está restringido» y solo se emplearon bombas lacrimógenas, pero negó que estas también se lanzaran desde un helicóptero que sobrevoló constantemente la zona de los enfrentamientos.
«Es absolutamente falso, porque está prohibido por cualquier norma, porque pone en riesgo la operación de la aeronave», afirmó.
Hubo, además, informaciones de heridos, entre ellos varios reporteros, a uno de los cuales le impactó una piedra en la espalda y otro que resultó con una lesión sangrante en la pierna derecha tras ser impactado por una granada de gas lacrimógeno.
Derecho a la protesta
Después de que organismos nacionales e internacionales alertaran ante el uso desmedido de la fuerza por parte de la Policía en días anteriores, la Defensoría del Pueblo exigió al gobierno de Merino que garantice el ejercicio del derecho a la movilización pacífica.
En principio, esta exigencia fue cumplida por los agentes antidisturbios que vigilaron las manifestaciones de este jueves, pero luego se desataron los violentos enfrentamientos en Lima.
Horas antes, tras jurar a su gabinete de ministros, Merino había llamado a la calma a la ciudadanía y asegurado que respeta «a quienes tienen una opinión discrepante», pero «cualquier manifestación» se debía realizar «dentro de la tranquilidad».
Sin embargo, representantes de su nuevo gobierno aseguraron luego que las movilizaciones, que incluyen cacerolazos y bocinazos de automóviles en todo Lima, no son «espontáneas» sino incentivadas por agrupaciones políticas opositoras y hasta las vincularon con movimientos extremistas.
Rechazo al Gobierno
En respuesta a una convocatoria que fue hecha por las redes sociales, los ciudadanos salieron por cuarto día consecutivo a las calles del país para afirmar que el nuevo gobernante «no ha sido elegido por el pueblo», pedir una renovación de la clase política y rechazar la corrupción.
Además, de la congregación de unas 15.000 personas en la plaza San Martín, hubo además, concentraciones en distritos limeños como Miraflores, Barranco, Lince, San Miguel, Chosica y Comas.
También tuvo una gran acogida en ciudades del interior del país como Arequipa, Trujillo, Chiclayo, Cusco, Madre de Dios, Huancayo, Iquitos, Puno e incluso en Tumbes, la provincia por la que Merino fue elegido congresista en enero pasado.