La canciller alemana, Angela Merkel, reiteró este viernes su voluntad de lograr un acuerdo con el Reino Unido para la desconexión de la Unión Europea (UE), aunque admitió que hay que prepararse para la posibilidad de que no se consiga.
«Nuestra voluntad es seguir trabajando para lograrlo. Pero el tiempo apremia», afirmó, al término del Consejo Europeo, por lo que «tenemos que prepararnos por si no sale», añadió.
Merkel hizo estas declaraciones, poco después de la advertencia lanzada desde Londres por el primer ministro británico, Boris Johnson, según el cual su país se encamina a un Brexit sin pacto.
«Nadie, ni la UE ni Londres, puede querer un acuerdo a cualquier precio», insistió la canciller, en el sentido en que anteriormente se había pronunciado la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, a través de su cuenta en twitter.
Von der Leyen indicó que «la UE sigue trabajando para lograr un acuerdo, pero no a cualquier precio», para añadir que, «como estaba previsto», el equipo negociador comunitario viajará a Londres la próxima semana «para intensificar» las conversaciones.
«Hemos escuchado el informe de (el negociador comunitario) Michel Barnier. Somos conscientes de las dificultades. Seguimos negociando», indicó Merkel. «Por eso mismo, hay que prepararse para algo que no podemos desear, ni en la UE ni en Londres, como sería una salida sin acuerdo», insistió.
La canciller se refirió ahí al informe que presentó Barnier ante los líderes de los Veintisiete, quienes abordaron el estado de las conversaciones sobre la relación entre Londres y Bruselas tras el Brexit.
Las posturas siguen separadas en ámbitos fundamentales, a pesar de que el próximo 1 de enero la legislación comunitaria dejará de aplicarse en el territorio británico y el Reino Unido será, de manera definitiva, un país tercero.
El acuerdo debe cerrarse mucho antes de fin de año, en las próximas semanas, para que entre noviembre y diciembre se lleve a cabo la ratificación parlamentaria del convenio en el Reino Unido y la Unión Europea, de forma que el pacto pueda entrar en vigor el 1 de enero, cuando habrá concluido la transición del Brexit.
«Hay margen de tiempo. Pero hay que pensar en los tiempos de ratificación», dijo Merkel, quien aludió a las diferencias persistentes en materia de pesca -uno de los temas abordados en esta cumbre-, para advertir que estos disensos «no son los únicos» que dificultan un acuerdo.
«Si el Reino Unido quiere seguir su propio camino, como parece va a ser, tenemos que evaluar de qué mecanismos disponemos para poder seguir funcionando», añadió, para sentenciar que «no estamos negociando un mero acuerdo comercial, sino cómo se separa el Reino Unido de la UE».