Al menos 42 personas murieron este martes y otras 40 resultaron heridas por la explosión de un coche bomba en un mercado popular de la ciudad de Afrín, en el norte de Siria y controlada por tropas turcas, informó la Defensa Civil siria.
La explosión se produjo en el centro del mercado, según la organización conocida como «cascos blancos», que aseguró que sus unidades continúan las labores de rescate en ese lugar.
Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos indicó que la violenta explosión se registró después de que un vehículo cisterna estallara, sin que se conozca la causa de momento.
La ONG, cuya sede se encuentra en Reino Unido pero que cuenta con una amplia red de colaboradores en el terreno, afirmó que la mayoría de las personas murieron por quemaduras ya que los cadáveres recuperados estaban calcinados.
Por su parte, el Ministerio de Defensa turco acusó a las milicias kurdosirias Unidades de Protección del Pueblo (YPG) de «masacrar a 35 civiles inocentes en un ataque con un camión petrolero cargado de bombas en el centro urbano de Afrín, un lugar con gran densidad de civiles».
Esas milicias son consideradas terroristas por Ankara debido a su vinculación con el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda activa en Turquía, y las tropas turcas han intervenido repetidamente en Siria contra las YPG.
En Afrín y en las poblaciones controladas por Turquía en el norte de Siria, donde cuenta con el apoyo de facciones sirias aliadas, son habituales los atentados, aunque suelen ser de menor envergadura que el de este martes.
El pasado octubre hubo otro ataque que no fue reivindicado contra un mercado de verduras en Afrín.
El noroeste de Siria, desde el río Éufrates hasta el Mediterráneo, está bajo control de las tropas turcas desde que se hicieron con estos territorios en la operación «Escudo del Éufrates» en 2016 y «Rama de olivo» en 2018, cuando conquistaron el enclave kurdo de Afrín.
En 2019 Ankara también lanzó una operación militar en las áreas dominadas por los kurdos al este del Éufrates, pero tuvo que detener su ofensiva por la presión internacional y no pudo consolidar su control de todas las áreas fronterizas con Turquía.