El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetió este lunes en Twitter contra el alcalde de Londres, Sadiq Khan, a quien llamó «perdedor» y al que comparó con el «tonto e incompetente» edil de Nueva York, Bill de Blasio.
El mandatario estadounidense llegó este lunes al Reino Unido en una visita oficial de tres días en la que se reunirá con la reina Isabel II y con la primera ministra, la conservadora Theresa May, entre otras personalidades.
En un primer mensaje colgado en su cuenta de Twitter, Trump indicó que «se mire por donde se mire, Sadiq Khan ha hecho un trabajo terrible como alcalde de Londres, ha sido 'desagradable' con el presidente de Estados Unidos, de lejos el aliado más importante del Reino Unido».
Agregó en ese mismo mensaje que el político laborista «es un perdedor que debería centrarse en la delincuencia de Londres, no en mí...»
«Khan me recuerda muchísimo a nuestro muy tonto e incompetente alcalde de Nueva York (Bill) de Blasio, que también ha hecho un trabajo terrible, solo que es la mitad de alto. En cualquier circunstancia, tengo ganas de ser un gran amigo del Reino Unido, y tengo muchas ganas de esta visita», apuntó en otro tuit.
En respuesta a esos insultos, un portavoz del alcalde británico afirmó que «esto es mucho más grave que unos insultos infantiles que deberían estar por debajo del presidente de Estados Unidos».
Esa misma fuente recordó que «Sadiq representa los valores progresistas de Londres y de nuestro país» y apuntó que Trump es «el ejemplo más indignante de una creciente amenaza de la extrema derecha por todo el planeta, que está poniendo en riesgo los valores básicos que han definido nuestras democracias liberales durante más de 70 años».
El pasado domingo, en un artículo divulgado por el dominical «The Observer», el alcalde de Londres había comparado el lenguaje utilizado por el mandatario estadounidense para movilizar a sus seguidores con el de «los fascistas del siglo XX».
Khan criticó los honores con que Trump está siendo recibido en el Reino Unido, donde se reunirá con la reina Isabel II y la primera ministra británica, la conservadora Theresa May.